También perderemos de vista a dos personajes que en un primer momento de la novela parecían trascendentales: Nam e Irmyn. Del último se dice que murió en el primer ataque de la Región Sin Nombre pero de la primera no volveremos a saber nada a lo largo de los diferentes eventos de la guerra.
Esto no quiere decir ni mucho menos que no haya disfrutado de La venganza del piromante. Está claro que es una novela redonda, con muchos matices, que cierra muy bien todas sus tramas y que consigue engancharte desde las primeras páginas. El mundo que Carolina Casado ha creado es absolutamente redondo. Así que nosotros también tenemos un mensaje para su yo del pasado: “tenías razón. Puedes dedicarte a esto”.