Tras una experiencia traumática, y designado por sus superiores como «frágil», un demonio pasa sus días en un apacible convento distrayendo a los monjes de sus obligaciones religiosas.
Su tediosa existencia termina cuando le encargan una nueva misión en la lejana Antecira, donde un duque amenaza con dar al traste con el gran Plan que ha regido la humanidad hasta entonces. Pronto se verá metido de lleno en un enrevesado complot de consecuencias insospechadas. Sin embargo, lo más grave de todo ello es que tendrá que vérselas de nuevo con su peor enemigo y el causante de todos sus males, un exorcista sádico al que poseyó en el pasado.
Él como narrador es absolutamente maravilloso ya que nos permite tener una visión interna de los demonios y lo verdaderamente similares que son a los seres humanos (a pesar de su insistencia por mantener una barrera infranqueable). El protagonista hace continuamente referencia a piezas de música clásica, llenando el cerebro de un camello con la sinfonía clásica de Procopio y su cabeza, al contrario de lo que pueda parecer, está cargada de dudas.
Así que ¿merece la pena Infiltrado? Absolutamente, sí. Infiltrado es una obra interesante, divertida y cargada de metáforas y simbología al alcance de aquellos que lean con detenimiento el texto. La historia es divertida y los diálogos brillantes. ¿Qué más necesitas para llenar tus noches frías de lectura?