También echo de menos el increíble diseño del vestuario que tenía el primer volumen. Es cierto que en algunas viñetas podemos ver las botas de monstruo o la ropa de lolita de Esther referenciada, pero ya ha dejado de ser tan extravagante vistiendo en su día a día, lo cual es toda una pena. Daisy mantiene su look inocente y cómodo de siempre pero Susan también ha perdido el rollito de “llevo tres días usando la misma camisa de cuadros” que tanto me encantaba de ella.
En definitiva, Giant Days 4 recupera los gestos y las increíbles situaciones de la serie y se encauza de nuevo a ser una de mis colecciones favoritas del año. Cogar y Allison hacen un tándem genial que generan una obra tan épica como esta.