Año 394 d. C.
Los godos han vuelto a ser traicionados por Roma. Diez mil de sus mejores guerreros yacen muertos a orillas del río Frígido, sacrificados sin escrúpulos como fuerza de choque por el emperador Teodosio en su lucha contra el magister militum franco, Arbogastes. Los godos vuelven a convertirse en un pueblo errante que parece condenado a diluirse en la historia. Será un joven caudillo, Alarico, el que tome el testigo de aquellos que le precedieron en busca de unas tierras en las que asentarse.
Un lema cobra vida entre los godos: Ad ultionem. «Hacia la venganza». Y dieciséis años después, ocurre lo inimaginable: los bárbaros de Alarico asedian la ciudad de Roma, amenazando con saquearla y destruirla. El Imperio se desmorona.
Intrigas políticas, amor y guerra se dan cita en esta apasionante novela que traza con maestría uno de los períodos más convulsos y significativos de la historia universal.