Es un cómic genial, pero no es para todo el mundo. Si formas parte del colectivo eclesiástico o crees que el humor tiene límites que no deberían cruzarse, entonces te recomiendo otras obras más… como dirían los victorianos, “edificantes”. Mientras tanto, yo me quedaré con varios datos con los que escandalizar a la gente que me rodea mientras comen.
¿Sabíais que había una pócima de dopaje en la Antigua Grecia llamado Semen de Hércules? A tres de cada cinco griegos le gusta eso.