¿De dónde sacarán la comida? ¿Qué pasará cuando necesiten antibióticos? ¿Hay de verdad un centro de evacuación creado? ¿Soltarán en algún momento al resto de presos? Y sobre todo… ¿qué podemos esperar ahora que el mundo ha llegado a su fin?
Las palabras con las que termina el cómic es que «Boca de lobo es segura», pero lo cierto es que de lo único de lo que nosotros estamos seguros, es de que necesitamos una segunda parte. Digamos que… nos hemos quedado con hambre de más.