Pero al final, ninguna se salva del juicio final. Alexis se comportó de forma egoísta y cruel y acabó dejando en coma a su hermana sin pretenderlo, Grace es adicta a todo tipo de pastillas y Riley está completamente desquiciada. Conforme la novela avanza empezamos a darnos cuenta de que ni siquiera Sofía es la dulce chica con problemas de adaptación que creíamos y que quizás, la más cuerda de todas, era precisamente la que más loca parece.
Crueles tiene un final que te revuelve el estómago, un toque de magia visceral podrida y sin artificios que lo hace increíblemente enganchante y una lectura más que recomendada. Pero cuidado, no vayais a desvelar el secreto. Porque Él sabe todo lo que habéis hecho.