Tras recitar sus poemas en una velada literaria en Dublín, Frances y Bobbi conocen a Melissa, una atractiva escritora que quiere publicar un reportaje sobre ellas. Estas dos universitarias que en el pasado fueron pareja se verán atraídas hacia ella y su marido Nick: un matrimonio acomodado que se acerca a la cuarentena y con el que terminarán formando un complejo ménage à quatre.
Ambientada en la bohemia artística irlandesa, esta historia de amores libres y relaciones ambiguas ofrece un retrato honesto de una generación que rechaza las etiquetas impuestas.
Me senté a solas en el campo de críquet de la universidad y me fumé dos cigarrillos, uno detrás de otro. Me dolía la cabeza, no había probado bocado en todo el día. Sentía mi cuerpo como algo agotado e inútil. No quería seguir alimentándolo con comida ni medicinas.
A la mañana siguiente me sentí cálida y soñolienta, como una niña. Para desayunar comí cuatro rebanadas de pan y tomé dos grandes cuencos de café, con nata y azúcar. Bobbi me llamó cerdita, aunque según ella lo decía «con todo el cariño del mundo»
La Biblia tenía mucho más sentido para mí, un sentido casi perfecto, si imaginaba a Bobbi en el papel de Jesús. Ella nunca pronunciaba sus palabras de forma literal; a menudo las decía en tono sarcástico, o con una expresión extraña y distante.
Intenté imaginar mi nombre en un artículo periodístico, impreso en una tipografía con serifa con gruesas astas.
Bobbi: si piensas en el amor como algo más que un fenómeno interpersonal
Bobbi: y tratas de entenderlo como un sistema de valores social
Bobbi: es lo antitético al capitalismo, en el sentido de que desafía el axioma del egoísmo
Bobbi: sobre el que se basa toda lógica de desigualdad
Bobbi: pero al mismo tiempo se pone al servicio del capitalismo y lo perpetúa
A ver, cuando dices que estás enamorada de Melisa…, empecé