Los padres de Matthew están preocupados. Con once años, ya es demasiado mayor para tener un amigo imaginario; sin embargo, a menudo lo encuentran hablando con una presencia que no está físicamente allí. Esta presencia -Chocky- interroga a Matthew sobre cuestiones extrañas y menosprecia el progreso humano. Poco a poco dejan de parecer absurdas las preguntas ¿quién es Chocky? ¿Qué puede querer de un niño?
Y es que yo creo que en el fondo, Chocky no trata sobre si el alien era bueno o malo, o sobre si debemos mantener nuestra mente abierta a las visitas alienígenas (ya que ha quedado claro que no sabemos si su presencia en benévola o no), sino que es una novela que trata desde un punto muy interesante las creencias de los seres humanos frente a un sistema de valores e ideas logicas y las contrapone a la religión.
Lo que puedo confesaros es que este pequeño librito de apenas 140 páginas es capaz de ponerte los pelos de punta en sus primeras páginas y de dejarte con un poso de inseguridad una vez lo terminas. Sin duda es una de las obras menos conocidas del autor, pero hay una voz en mi cabeza que dice que tardaré el olvidar esta premisa.