Abby C. T. nos brinda una historia claustrofóbica, llena de misterio y tensión que se lee de una sentada. Azubá es una adolescente aplicada en los estudios, sin ningún problema aparente más allá de la preocupación típica de cómo enfocar su futuro. Un día, de la nada, aparece una furgoneta de la que salen unas personas que borran en cuestión de segundos todo rastro de la joven.
Congelada por el agua fría, se sentía totalmente a la deriva, sin fuerzas ni posibilidades de luchar contra corriente. Lo único que le venía a la mente eran unas palabras que aunque tenían lógica, resultaban inquietantes: "Solo los peces muertos se dejan llevar por la corriente".
El tiempo y ciertas circunstancias habían contribuido a borrar estos recuerdos. Pero en aquel instante regresaron a su mente como el último intento de vivir, la última oportunidad para sonreír en el corazón.