Es una de las novelas más relevantes de la historia de la literatura, por abordar temas que otros obviaban hasta el momento y por presentar una crítica social que incluso actualmente podría ser aplicable. Sin embargo, el contexto histórico de Matar a un Ruiseñor es importantísimo para comprender la importancia de esta novela, y uno de los grandes motivos por los que esta historia ha trascendido a lo largo de los años.
Si queréis saber cuál es la historia detallada de la novela de Harper Lee, o queréis refrescaros la memoria, podéis leer nuestro resumen detallado de Matar a un Ruiseñor, con los aprendizajes y moralejas que hemos encontrado en la novela incluido.
Contexto histórico de Matar a un Ruiseñor
Harper Lee escribió Matar a un Ruiseñor en el año 1960, publicándose un año después, en el año 1961. El contexto histórico de la novela nos sitúa unos años más atrás, concretamente en el año 1936, en plena Gran Depresión en los Estados Unidos. Muchos indican que los hechos narrados en la historia están basados en algunas de las vivencias que la propia autora vivió a lo largo de esos tiempos cuando tenía 10 años de edad. De hecho, su padre, abogado, defendió a dos negros que terminaron acusados y mutilados en esa época, un hecho similar al vivido en la novela.
El racismo no solo era la tónica general, sino que además era uno de los grandes males que asolaban al país. Cuerpos de personas negras ahorcadas en la calle por un simple motivo: la xenofobia. La intolerancia humana más absoluta se estaba viviendo en aquella época en el país americano. Los hechos que se narran en Matar a un Ruiseñor no se exageran y podrían ejemplificar cualquier caso real. El racismo era tal que un respetado abogado podía pasar a ser repudiado por sus vecinos y familiares simplemente por decidir hacer justicia y defender a una persona de raza negra.
También es curioso, conociendo la información del estado de la nación en la que está basada la novela, descubrir qué ocurría cuando esta fue publicada. A mediados de los años 50 en Estados Unidos se levantó el movimiento por los derechos civiles de los negros, otro de los motivos por los que Matar a un Ruiseñor fue tan importante: recreaba con pericia el estado de una sociedad repugnante con el racismo como bandera, el mejor ejemplo posible para defender estos movimientos sociales. Uno de los actos que despertó a la sociedad fue la acusación judicial de Rosa Parks, una mujer negra cuyo único pecado fue no querer ceder su asiento del autobús a una persona blanca. Eso no podía continuar así.
Si dejamos de lado los hechos acaecidos en la novela y nos la tomamos como un retrato de la época, podemos entender que Harper Lee solo realizó un alegato de crítica a esa sociedad, exponiendo sus peores vergüenzas. No solo el racismo era propio de la época, sino también la importancia de las apariencias, que desaparece cuando se define a personas de otra raza como seres inferiores que hacen desaparecer tu estatus social. En esta época no importaba ser buena persona, sino aparentarlo. Mostrar simpatía por una persona negra significaba lo peor, aunque como en el caso del padre protagonista de la historia solo tratara de ayudar y de evitar una injusticia.
La autora sabe definir a sus personajes principales gracias a sus actos de libertad, de justicia y de enfrentamiento ante el modelo impuesto por la sociedad. Estados Unidos mostraba una de sus peores caras con el racismo, y Matar a un Ruiseñor supo situarse con elegancia como el mejor ejemplo de la situación vivida en los años 30 y también como una de las mejores defensas al movimiento ciudadano que estaba teniendo lugar en los años 60.
La novela también sabe exponer el problema causado por la crisis económica que vivió Estados Unidos por la Gran Depresión, consecuencia directa de la Primera Guerra Mundial. Diferencias económicas brutales entre distintos sectores de la sociedad, hambre, pobreza… a los que sumaban los problemas de peso como el racismo y la intolerancia ciudadana a causa de sus vivencias en los años anteriores.
Matar a un Ruiseñor no solo es una novela sobre buenas personas que van más allá de las apariencias de la sociedad de la época, sino que también sabe exponer de manera soberbia los problemas sociales sobre el racismo que el país vivía en aquellos momentos. Además, su fecha de publicación ayudó en gran medida a que el mito por el trabajo de Harper Lee perdurara para la historia: las letras escritas en un libro ayudaron a que un movimiento por la justicia y la libertad consiguieran llegar al mejor puerto, y esa es la mejor lectura posible de Matar a un Ruiseñor.
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