¡Bienvenidos una vez más a nuestro recorrido por el vibrante y colorido mundo de Pepino, héroe de leyenda! Esta vez nos adentramos en el tan esperado tomo 03, donde encontramos a nuestros héroes en un dilema sonoro, en un reino donde la música es la regla y el ritmo, la ley.
En este tomo cargado de humor, aventuras, situaciones cómicas enrevesadas y giros en la trama, veremos cómo Almendra, Pepino, Zanahorio y Nautilus llegan por fin al Reio de la Melodía donde, como siempre, no se les pondrán las cosas nada fáciles para poder cumplir con su sagrada misión.
Volvemos al mundo a todo color de Oniria al lado de nuestros simpáticos y redonditos amigos: Pepino, Almendra, Zanahorio y Nautilus, los cuales llegan al Reino de la Melodía justo a tiempo para la celebración del cumpleaños de la Reina Cimbal. Sin embargo, como en toda buena historia, no hay celebración sin interrupción y esta viene de la mano de Decibelion, el segundo Jefe de la Calamidad, quien aparece en escena con todo su flow y ritmo catastrófico.
Pronto Pepino y sus amigos se verán obligados a enfrentarse a una interrupción tras otra antes de poder salvar, una vez más, a la princesa rel reino en el que han caído. Pero ¿por qué parece que el Rey Pesadilla está ayudándoles a avanzar? ¿Es posible que tras haber repetido casi un centenar de veces esta catástrofe los malos se hayan cansado de ser malos?
Pepino, héroe de leyenda 3 es quizás, acompañado del primer tomo, la entrega más divertida hasta el momento. Acompañado de nuevo de una edición en todo color donde cada viñeta y cada detalle está diseñado con el máximo cariño, el cómic de 244 páginas se hace corto y se presta, como siempre a una relectura para captar todos los matices de la historia. Desde la forma sarcástica con la que Almendra ve el mundo al hilarante realismo-pesimista de Pepino ante lo absurdo del mundo que le rodea pasando por unos malos que, esta vez, vienen con mucho flow, bro.
Por si fuera poco, al final del cómic, contamos con una generorísima cantidad de páginas extra con diseño de personajes, bocetos y arte gráfico alternativo de los diferentes personajes, incluyendo una side story fascinante donde participa mi personaje favorito: la bruja Olivina.
El estilo de dibujo que continúa siendo agradable y kawaii, con un diseño que sigue evocando las tardes de verano y las tartaletas de fresa y que funciona maravillosamente bien en este tomo. En ese sentido, Pepino, Héroe de leyenda 3. El Reino de la Melodía, vuelve a darle a cada escena su propia colorimetrá, llenando de rosa las escenas de Parfait, de verde oscuro los momentos en los que los protagonistas están encerrados en el bosque o de negro los instantes en los que el Rey Pesadilla avasalla a los personajes con su presencia.
Al igual que en el primer tomo de la saga, en esta ocasión tanto Almendra como Pepino se encontrarán continuamente con clichés de los videojuegos que les impiden llegar a su misión. Y es que en el Reino de la Melodía hay una enorme cantidad de contradicciones de cosas que parecen darse por sentado por el universo en general que no tienen mucho sentido, como el hecho de que en un mundo de música una de las bestias lleve cascos aislantes del ruido.
En ese sentido, el cómic se carga de un tono juguetón y mordaz que habíamos visto más en el primer tomo que en el segundo cuando el pragmatismo realista de Pepino choca contra reglas tan absurdas como el hecho de recolectar una serie de fragmentos para obtener una llave con la que traspasar una puerta que les llevará a un cañón a punto de disparar al reino. Esto es sin duda una evidente clara parodia de las interminables misiones secundarias a las que los jugadores están sujetos en muchos juegos. Este tipo de burlas y referencias no solo dan color y humor a la narrativa, sino que también rompen continuamente con la cuarta pared y la narrativa a la que estamos acostumbrados en los RPG.
El humor de Pepino, héroe de leyenda 3 es, como en anteriores ocasiones, una crítica ingeniosa y divertida al contrastar la lógica, a veces ridícula, de los videojuegos y las aventuras con la realidad cotidiana. Un ejemplo perfecto de esto es el personaje de Pepino, quien desafía la norma de "matar primero, preguntar después" en los juegos y sugiere un enfoque más diplomático, como dialogar con los enemigos en lugar de luchar contra ellos. Este contraste de expectativas no solo añade capas de diversión al relato, sino que también sirve para cuestionar las convenciones y prácticas aceptadas en los videojuegos y las aventuras.
Está claro que Pepino y Almendra siguen más fuertes que nunca. Y es que este tercer tomo ha sido incluso mejor que el segundo en todos los sentidos: el guion y el dibujo, siempre vibrantes y cargados de humor, se mantienen interesante y atractivos y cada personaje añade su tono único a la sinfonía general.
Podemos ver cómo nuestros héroes evolucionan y crecen. En un total acierto por parte de la autora, esta edición de Pepino nos amplía las diferentes capas que componen la personalidad de los personajes y villanos, haciendo que sigan siendo interesantes y fascinantes. Es especialmente relevante la figura del Señor Pesadilla: ¿es verdaderamente el villano que todos creen que es, o hay más en su historia que aún no hemos descubierto? El hecho de que estas cuestiones queden sin respuesta añade una dimensión adicional a la historia y nutre nuestas ganas de saber qué pasará en el siguiente tomo.
El reino de la melodía sigue siendo una opción maravillosa para los más pequeños y preadolescentes de la casa, no solo por su guion divertido y entretenido, sino también por su precioso dibujo y paleta de colores capaz de mantener entretenido a cualquiera.
En resumen, la obra sigue siendo una joya y una adición valiosa para cualquier colección de cómics.
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