El principio del origen es la primera parte de una serie de libros escritos por Alberto J. Pessenda titulada Crónicas de la Sangre Oculta. En su interior nos encontraremos con una historia apta para todos los públicos, cargada de fantasía y sobre todo, con un lore y un mundo realmente rico en matices y con sus propias reglas para usar la magia.
Argumento de El principio del Origen
Hécate, Acacio, Ferrán y María viven en un pequeño valle felices e inconscientes de la terrible amenaza que acecha al otro lado de las montañas. Lejos, muy lejos, tras el precioso bosque que oculta su aparentemente inocente comunidad, un conflicto político está a punto de estallar empleando para ello las más terribles artes oscuras. Ágata, una de las reinas del sur, busca expandir su poder aprovechando que el nuevo rey es joven y al mismo tiempo la Iglesia, ese ente tan poderoso de guerreros, políticos y arcanistas, se mantienen en un tira y afloja por mantener el control del pueblo.
Sin embargo, todo cambiará para estos niños cuando una noche un Titiritero, una elfa y un enano, haciendo uso de las artes oscuras, secuestran a María y a otras muchachas del lugar. Sin nadie que les ayude, con la Iglesia desentendiéndose del conflicto, Ferrán, Hécate y Acacio tendrán como misión salvar a su amiga. Pero para ello tendrán que recorrer un largo camino, y aprender a utilizar habilidades y poderes de los que ni siquiera eran conscientes.
Las similitudes con la vida real de El Principio del Origen
El principio del origen es una novela de fantasía que nos introduce en un mundo amenazado por una terrible profecía. El autor, Alberto Juan Pessenda, se ha inspirado en el siglo IV en Europa para la creación de un universo donde la magia y las diferentes razas (orcos, trolls, enanos, faunos, etc.), pueblan los diferentes rincones de un mundo gobernado por la Iglesia.
Al igual que en la vida real, el mundo de El principio del Origen muestra los restos de un antiguo imperio glorioso (el cual podría compararse con Roma) que sucumbió tras varios problemas políticos. Otra similitud que encontramos es el poder que ostenta la Iglesia, centro de toda actividad y que en este caso adora a una deidad que llaman El Ungido. Otra coincidencia la encontramos en los locales de la novela, a los que llama iberios, la procedencia del fraile (Risco Árido que es una clara referencia al Reino Unido) y mil otros detalles más que se van descubriendo en la trama.
Magnífica reconstrucción de los escenarios y del mundo que rodea a los personajes, dando detalles que a cualquiera podría pasárseles inadvertidos y que nos permite reconstruir las escenas en nuestra cabeza. Por muy sencillo que parezca el momento, Alberto Juan Pessenda es capaz de darle un par de pinceladas que nos ayudan a introducirnos en el ambiente: el olor del tocino por la mañana, las gotas de rocío perladas o el frío que hace en un bosque tupido por el que no pasan los rayos del sol.
Cuando el tocino estuvo hecho y el campesino empezó a buscar a su primogénito, este apareció luciendo una deslumbrante sonrisa a la que le faltaban dos dientes. Era la primera vez que lo veían sonreír desde que llegaran al lindero del bosque la tarde anterior.
La construcción de un sistema nuevo para entender la magia
Uno de los puntos clave para que una novela de fantasía sea novedosa es, en parte, la explicación que en ella se da a la magia, a sus reglas y limitaciones y su forma de funcionar en la sociedad. En la Crónica del Asesino de Reyes, Patrick Rothfuss crea algo llamado “vínculos” mientras que en los libros de Harry Potter es una disciplina a la que solo tienen acceso los no-muggles. En este caso, el autor opta por hacer uso de los Arcanos, unos seres invisibles y diminutos que están siempre sujetos a las leyes del equilibrio. Al liberarse, podemos emplear su fuerza pero esto supone un desgaste monumental para el llamado “mago”.
Como en otras novelas de fantasía, en El principio del origen, la magia es un arte perdida, desconocida y descuidada que muchos humanos temen pero a la que, sin embargo, tiene acceso cualquiera bendecido por los dioses.
Todos tenemos acceso a la magia, que no es otra cosa que la energía de La Creación. Pero solo unos pocos podrán desarrollar la voluntad necesaria para hacer uso de ese poder y, de estos, muchos no tendrán nunca la oportunidad de aprender cómo se hace por falta de interés, necesidad e incluso suerte
El autor genera diferentes tipos de “magos”, enlaces o conectores que emplean la energía con diferentes fines. De esta forma, Ferrán y Hécate la usan en la lucha convencional (no daremos más detalles para no desvelar partes de la trama interesantes) mientras que Acacio emplea directamente su propia energía. Otros personajes, como el Titiritero o Morten (el cual es un orador), usaran otras formas de conectar la energía a su alrededor y liberarla a voluntad, generando lo que mucha gente habría llamado “conjuros”.
Una narración arquetípica basada en el camino del héroe pero que funciona.
La historia de Hécate, María, Ferrán y Acacio es realmente arquetípica dentro del mundo de la fantasía y responde a una estructura que hemos visto en muchas novelas del género: introducción a una profecía, presentación de los personajes, creación del conflicto y viaje al lado de un mentor con el que aprender a controlar sus poderes y desarrollarse para la batalla final.
Todo el conjunto recuerda mucho a otras novelas del estilo o incluso a un videojuego de rol o una serie de anime. La magia que emplean los magos es extremadamente visual, los arcanos presentan diseños que nos hacen pensar inmediatamente en obras como Mushishi o en los seres que habitan las películas de Gibli. En uno de los casos en especial, con la Dama de las nieves, su descripción de cabellos blancos y alas plateadas hizo que en mi cabeza se materializara la imagen del prototípico ángel en el anime.
Y sin embargo, con todo esto no queremos decir que la historia no funcione. A lo largo de sus 370 páginas los personajes principales, que no son más que niños al comienzo de la aventura, irán evolucionando y sus emociones se irán volviendo cada vez más complejas: celos, ira, envidia y desconfianza serán algunas de las sensaciones con las que Acacio, Hécate, Ferrán y María tendrán que luchar en su camino hasta conseguir rescatar a María, su amiga del alma.
El autor va saltando de un narrador a otro para permitirte ver las diferentes situaciones que ocurren alrededor de tres grupos clave: el Arquero, que aparece en el prólogo; el grupo de los rescatadores y por último María, la cual es víctima de un terrible mal.
Un lore muy bien creado, con múltiples detalles
El lore de El principio del origen está increíblemente bien construido. El mundo que ha creado Alberto Pessenda es convincente y contiene una enorme cantidad de capas que se superponen unas con otras. Nos encontramos con una civilización que gira en torno al gobierno de la Iglesia, la cual ha perdido poder frente a un Rey joven que quiere centralizar todo el poder en él.
Sin embargo, antes de este reinado, existió un imperio del que solo quedan algunas ruinas y anterior a él hay todo un mundo cargado de magia, artefactos, pactos y terribles profecías de las cuales no se conserva nada previo a la Liberación, el momento en el que las razas empezaron a convivir entre ellas. De este mundo prácticamente no queda nada, pero lo que hay es increíblemente peligroso y aparecen de improviso, demostrando que la humanidad está desprotegida por la falta de conocimiento.
(Esto nos recordó de nuevo a la época medieval, donde el crecimiento del cristianismo y los movimientos extremistas radicales llevaron a la quema de la Biblioteca de Alejandría y a la persecución de los volúmenes de los clásicos griegos, retrocediendo increíblemente en disciplinas tan importantes como la medicina).
Al mismo tiempo, crea todo un entramado de dioses con diferentes nombres y poderes y por fin plantea la posibilidad de que algunos de los personajes no crean en ellos. No se da por sentado la fé de los héroes de nuestra novela, sino que nos muestra adolescentes en apuros cargados de dudas que ven a los dioses simplemente como arcanistas poderosos en oposición a los grandes guerreros que extraen su poder de la Iglesia. No solo crea nombres para estos dioses, sino también para sus sirvientes y para la jerarquía eclesiástica. Especialmente bonito me pareció el nombre de las tejedoras y la idea de que el destino y el futuro de cada uno sea una red de hilos sin color.
Muchos personajes y metáforas con las que puedes perderte
Lo que sí que es cierto es que hay una enorme cantidad de personajes que se presentan rápidamente y se mencionan muchas páginas después, de manera que a veces cuesta situarse un poco en escena. Pasa lo mismo con las metáforas que pueblan la obra y que a menudo exigen un esfuerzo imaginativo por parte del lector para comprender los conceptos, pero que en general contribuyen a enriquecer la trama.
La edición, lo peor de la obra.
Me da una rabia personal y terrible cuando leo una novela independiente como esta, que esconde en el interior de sus páginas una historia maravillosa y que pasa completamente desapercibida en la grid de Amazon o en las estanterías debido al diseño de la portada. La portada roja con una imagen que en nada tiene que ver con el contenido de la obra y la tipografía con contornos en negro para la fuente que dificulta mucho la lectura desmerecen enormemente la calidad del propio autor como escritor.
¿Nuestra recomendación? Un restyling de portada urgente para que la obra luzca de acuerdo a su contenido interior.
Sin embargo, a favor de la edición se encuentra el magnífico mapa que hay al comienzo de la obra
Nuestra opinión sobre El principio del origen
Leer El principio del origen es una auténtica delicia para los amantes de novela fantástica. El mundo y el universo que ha construído Alberto J. Pessenda no solo es convincente, sino que es muy rico en detalles, con múltiples capas de complejidad y una sociedad bien construida, con sus roces y su pasado histórico que continúa afectando al presente.
En todo momento mientras leía El principio del origen tenía la sensación de estar jugando a un buen videojuego de rol medieval como Fable o de estar viendo una serie que nadie conocía pero que sin duda me había enganchado desde el primer episodio. Y ahí fue cuando empezó mi ligera indignación: indignación porque una novela como esta merece estar impresa bajo el sello de calidad de una editorial potente, bajo tapa dura y con una portada realmente atractiva.
Esta no es la típica novela de Createspace y de autopublicación que opta por subir la novela a Amazon porque no reúne los requisitos de calidad de una buena editorial. De hecho, creo que El principio del origen está muy a la altura de El temor de un hombre sabio de Patrick Rothfuss. Es cierto que en algunos momentos peca de ser un poco lenta y que el final es ligeramente anticlimático, pero también que El principio del origen merece la pena, tanto como novela de fantasía juvenil como adulta y todo parece indicar que mantendrá el nivel en las sucesivas obras.
Sea como sea, desde Momoko, estaremos expectantes a la continuación de las Crónicas de la sangre oculta. Prometido.
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Este libro ha sido cedido para su reseña por Promoción literaria.
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