Los mundos de Coraline es la adaptación a cómic de la novela homónima obra del escritor británico Neil Gaiman.
La historia tiene como protagonista a Coraline, una niña que se acaba de mudar a una casa de campo en las afueras de la ciudad con sus padres. Esta casa está dividida en apartamentos, por lo que la familia comparte vivienda con un pequeño grupo de personas extravagantes que conseguirán llamar al instante la atención de la curiosa Coraline. Estos vecinos son una pareja de rechonchas ancianas: la señora Spink y la señora Forcible, unas mujeres muy amables y algo fantasiosas, y el señor Bobo, un hermético anciano y magnífico adiestrador de ratones que vive en la planta superior del edificio.
Coraline es una niña cuyo mayor interés al llegar a la nueva casa es explorar y desentrañar los misterios de todos los recovecos de la vivienda y los alrededores. La pequeña no desaprovecha una sola ocasión de adentrarse en el bosque próximo a la casa o de hacer una visita a sus pintorescos vecinos. Son, precisamente, estas ansias por explorar lo que la lleva a descubrir uno de los mayores secretos de la nueva casa: una puerta tapiada en una pared del salón.
Cuando Coraline se topa con esta entrada que no lleva a ninguna parte acude de inmediato a su madre para preguntarle por la finalidad de la puerta. Ésta le responde que se trata de una antigua vía de comunicación con la otra parte de la casa que fue tapiada una vez de dividió el espacio en apartamentos.
Aunque su madre le quita hierro al asunto, Coraline no puede dejar de pensar en la puerta y al día siguiente, al abrirla estando sola en casa, Coraline descubre que la pared de ladrillos que tapaba la entrada ha desaparecido. La pequeña no lo duda y se introduce en el oscuro pasillo que se abre ante ella para dar con una estancia similar al salón de su casa.
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Lo que Coraline encuentra al otro lado del salón es, ni más ni menos, que una réplica casi perfecta de su nuevo hogar. Salvo pequeños detalles, como los colores de las que sería su habitación, los juguetes y algunos objetos más, es un calco perfecto.
Pero la casa no está vacía. La niña no tarda en encontrarse con su madre, o... mejor dicho, su "otra madre". De la misma forma que el resto de la casa, la mujer que Coraline tiene ante sí es un calco casi perfecto de su madre, excepto por sus dientes afilados y por otro pequeño detalle: ésta tiene un par de botones negros por ojos.
Esta misteriosa mujer se muestra muy cariñosa con Coraline y le dice que hace mucho tiempo que lleva esperándola. Y resulta que no es la única, ya que tampoco pasa mucho tiempo hasta que aparece en escena la réplica de su padre. Estos "otros padres" insisten en que la pequeña Coraline se quede con ellos, le prometen todo aquello que los verdaderos le niegan: tiempo juntos, montañas de juguetes y comida deliciosa.
Coraline se mantendrá fuerte y regresará a su casa. Sin embargo, algo parece no estar bien desde el momento en que cruzó la puerta y sus padres no aparecen por ninguna parte. La niña tendrá que volver sobre sus pasos, enfrentarse a sus miedos y restablecer la normalidad en la casa. Pero no lo hará sola, contará con la ayuda de un gato negro muy especial.
La historia está muy bien construida y atrapa desde el primer momento. Los personajes crean un universo especial y uno termina creyéndose Coraline, explorando la casa y cruzando valientemente la puerta dispuesta a enfrentarse a "la otra madre". También es inevitable cogerles cariño a los vecinos o desear tener un Gato parlante tan sabio y fiel como el de la novela (sobre todo cuando el gato que tienes en la vida real te odia y planea matarte, pero ese es otro tema...).
La intriga que se va creando con el descubrimiento de la puerta, con la aparición de la madre falsa y las oscuras intenciones que se le ven desde un primer momento hacen que las páginas pasen volando.
El dibujo se compone de formas muy realistas, se aprecia en muchas de las viñetas que todos los elementos están cuidados al mínimo detalle. Este estilo realista consigue intrigar por momentos y refuerza, sin duda, la historia. Un claro ejemplo son las viñetas con primeros planos de "la otra madre" de Coraline, en los que nos desconciertan esos botones realistas y sus expresiones malintencionadas. Este personaje precisamente es quizás el que mejor transmite esa sensación de intriga, de que algo no marcha bien, que se mantiene a lo largo de todo el libro.
El proyecto de "Los mundos de Coraline" no se queda sólo en el papel. Esta historia tiene también su adaptación a la gran pantalla en el año 2009 por el director de cine Henry Selick. Si alguno habéis visto la película "Coraline", basada igualmente en la novela de Neil Gaiman, apreciaréis que hay unos cuantos cambios en la novela gráfica.
- La diferencia más grande de todas es la inclusión de un personaje en la trama que no aparece en la novela: el amigo de Coraline: Wybie. Sin embargo, este personaje se menciona en la novela original de Neil Gaiman y se trata del niño que había vivido en la casa antes que Coraline.
- El Señor Bobo en la película cambia de nombre por el de Sr. Bobinski.
- La muñeca con la que la madre espía los movimientos de Coraline en la película no aparece en la novela.
- Gran parte del contenido de las conversaciones entre Coraline y el Gato negro acerca del mundo paralelo y las intenciones y motivaciones de la madre se pierde en la película.
Desde Momoko os recomendamos encarecidamente este título, bien si os gustan las novelas gráficas, o incluso si no os apasionan o estáis pensando en empezar a leerlas, tenéis que haceros con el libro. Merece la pena, la lectura es de lo más amena y la verdad es que se termina en nada.
¡La propia intriga de la trama hace que más que leer devoremos el libro
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