Hace no mucho La insomne comentaba lo mucho que le había gustado el primer tomo de Giant Days. Y no es para menos. La editorial Fandogamia hizo un gran trabajo de publicidad en las redes y, bueno, acabamos todos con unas expectativas locas sobre este cómic. ¿Y sabéis lo mejor? Que cumplió todas y cada una de ellas. El primer número ha escalado posiciones en las tiendas y cosechado un gran éxito. Y ahora tenemos el segundo número entre nuestras manos así que vamos a ver que nos ofrece.
Argumento de Giant Days 2
Lo primero, por si hay alguien despistado o despistada que no sepa de que hablo, Giant Days es un cómic que nos habla sobre la vida de tres jóvenes estudiantes que conviven en la residencia de la Universidad. Entre sus páginas nos cuentan estos Slice of life o fragmentos de sus vidas donde hacen frente a las alegrías y adversidades propias de esa etapa que es la vida universitaria. Sus protagonistas, Esther, Susan y Daisy, son claramente la piedra angular de una obra llena de humor que trata sin cortarse un pelo temas como la identidad sexual, las relaciones personales o el machismo.
Análisis de Giant Days 2
Giant Days se sustenta sobre todo en sus personajes. todos ellos tanto los principales como los secundarios, son creados arquetípicamente y después se rompen estos arquetipos. De esta manera se dota a cada uno de matices y personalidad propia que ayuda al lector a empatizar con ellos y ayuda a la historia a ser más creíble e interesante. Con esto, además consiguen hacer que se mantenga la suspensión de incredulidad por muy absurda o extraña que sea la escena que nos muestran. Esa es la clave de Giant Days.
Y el número dos mantiene esto. Continuamos sus peripecias página a página mientras nos sacan una carcajada Sigue manteniendo el tono fresco y atrevido, las bromas inocentes y el humor inteligente que se esconde entre sus líneas y sigue sin cortarse a la hora de hablar de sexo, feminismo o alcohol. Esto, claro, contando con su principal baza que ya he mencionado antes: Sus carismáticos y entrañables personajes que consiguen que las cojamos cariño poco a poco a medida que la trama avanza.
El humor es la vía que escoge el autor para hablar de nuestra época y de criticar situaciones que aún vivimos día a día. Por ejemplo el machismo. La crítica al machismo es una constante en ambos números. En el anterior número nos encontramos como Susan usaba la lucha feminista como una herramienta a través de la que vengarse contra su exnovio hablándonos del peligro de llevar la lucha feminista a causas no justificadas o por interés. Habla de esto muy elegantemente y con mucho acierto, cosa rara de ver en un cómic la verdad. Pero no se detiene ahí. En este mismo número nos hablan también del hecho de que una mujer no puede divertirse sin más en un bar por que los hombres la toman por un trozo de carne y la molestan cada dos por tres. También nos habla de las relaciones tóxicas. En un momento Esther empieza a salir con un chico que ella cree que está “por encima” a nivel cultural. Eso la lleva a una relación con un desequilibrio de poder donde incluso empieza a cambiar su propia forma de vestir y su identidad para poder sentirse parte de la pareja.
Estos temas, yo solo he puesto un par de ejemplos pero hay mucho más de donde rascar, hacen que sea muy interesante la lectura de Giant Days pues habla de temas cotidianos, que nos podemos encontrar cada día y lo hace sin hacerte perder la sonrisa.
Pero no todo está tan bien como me gustaría. En este número ocurre un pequeño arco argumental del que no diré nada para evitar spoilers pero… no es lo mismo. De pronto todo pasa a ser serio, y depresivo y… simplemente no pega con el tono del resto de la obra. Si el anterior era un cómic divertido donde podías empatizar en todo momento con las protagonistas porque las situaciones que vivían eran muy sencillas y cualquiera podía verse representad, en el segundo volumen meten elementos que son demasiado surrealistas, demasiado forzados y hacen que te salgas un poco de lo que te están contando. Además, esa parte en concreto nada más, está explicada a trompicones y hace que sea un poco difícil de seguir el espacio-tiempo de lo que nos están contando. Es una mancha que dura demasiado y destaca para mal en un cómic que, por lo demás, sigue siendo tan redondo como el resto. Es una lástima que te deje ese recuerdo y haga desmerecer al cómic tanto después de lo alto que apuntó el primer tomo.
No tengo muy claro si John Allison, su guionista, lo hace intencionadamente, si no se pusieron de acuerdo en cómo transmitir esas viñetas o si simplemente no les salió tan bien como nos esperábamos. Pero ojo, insisto en que esto es una trama un arco argumental que no desmerece el resto de la historia. Sigo interesado en saber que les pasará a las protagonistas en el próximo número que es de lo que se trata.
El trabajo de sus dos dibujantes, Lisa Treinman y Max Sarin y el color de Withney Cougar, hace que sea difícil no merendarse Giant Days de una sentada. Es fresco, entrañable y encaja perfectamente con el estilo de John Allison. Da gusto cuando encuentras un cómic donde las partes reman en la misma dirección y se nota a la hora de leerlo.
Este cómic es una muestra de frescura dentro del panorama actual. Algo moderno, joven y lleno de humor. La única pega es ese hilo tan surrealista y accidentado donde parece que fallan todos los elementos que forman esta obra. Pese a ello es una obra que merece mucho la pena y que, si encaja en vuestro sentido del humor, una vez hayas subido en ese vagón el resto del viaje será solo diversión. Eso sí, espero que a partir de ahora no haya más baches en el camino.
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