El estudiante hambriento: repostería fácil se vende a sí mismo en la portada como el primer libro de repostería para estudiantes. Yo querría hacer un inciso en esta especificación: no es solamente para estudiantes sino también para todo aquel que no tenga ningún tipo de experiencia con la repostería o que solo cargue con dos o tres bizcochos mal hechos en su currículo como cocinero.
Una vez introducidos, pongámonos manos a la masa.
Una introducción muy necesaria si eres un auténtico inútil
Preparar cualquier postre o plato de repostería no es fácil y requiere de unas técnicas muy específicas que a menudo no te explican las recetas. Términos como “incorporar” le pueden sonar a un foráneo exactamente igual a “añadir” cuando la diferencia está en que el primer término se refiere a ir mezclando los ingredientes con cuidado. Este tipo de pequeños cambios que suponen la diferencia entre añadir un bol lleno de harina o ir tamizándola se notarán en el resultado final y pueden significar la diferencia entre un bizcocho jugoso o uno con el que abrirle la cabeza a tu compañero de trabajo.
El estudiante hambriento: repostería fácil se encargará en las primeras páginas de incluir valiosos consejos sobre el espacio, tiempo e instrumentos que necesitas para preparar cada uno de sus postres y bizcochos. Así, podrás repasar técnicas cómo engrasar y forrar moldes o montar la nata. Sus secciones de la introducción se dividen en:
- Utensilios prácticos: orientado a los estudiantes, de forma que encontrarás trucos como usar una botella de vino seca en vez de comprarte un rodillo.
- Ingredientes principales: donde te explican la gran diferencia entre usar mantequilla o aceite de girasol.
- Técnicas y trucos: donde se explica la diferencia entre tamizar, incorporar, batir, montar, amasar, etc.
- ¿Está hecho?: un apartado donde se recogen las claves para saber si ese brownie, galleta o bizcocho está hecho por dentro sin necesidad de cortarlo a la mitad.
A partir de este punto, pasaremos a las diferentes recetas de los postres más deliciosos que jamás habréis visto.
El estudiante hambriento: repostería fácil se puede resumir en un par de palabras: rosa y fácil.
Una de las claves de El estudiante hambriento: repostería fácil es que se dirige precisamente a estudiantes. Por eso, todos los ingredientes que os encontraréis en estas recetas son siempre materiales fáciles de encontrar, baratos y a los que se les puede sacar mucho partido. Si estáis buscando un libro de repostería elitista, entonces siento comunicaros que este no es para vosotros porque su máxima está en la optimización de los recursos para crear postres deliciosos con muy poco.
La edición de El estudiante hambriento: repostería fácil
La maquetación de las páginas está realizada en dos tonos principales: blanco y rosa. Muchas de las recetas van acompañadas de fotografías de los postres a todo color, pero otras más sencillas alternan un diseño de una página completa de color rosa con otra de color blanco. Además, incluyen un título y una breve descripción del postre escrito en otra tipografía de color gris claro que contribuyen a realzar el aspecto estético del libro en general.
La maquetación de la receta se limita siempre a una página, con la mitad izquierda reservada para los ingredientes (el cual a menudo se separa en varias partes, como glaseado y bizcocho) y a la derecha la descripción de los pasos que debes seguir para completar el plato.
En esta descripción, además, Charlotte Pike realza con una negrita cualquier técnica importante que sea decisiva para obtener el postre perfecto, llamando la atención sobre “tamizar” o “montar” para que no se le pase por alto a cualquier estudiante que esté, además de hambriento, impaciente por terminar.
¿Qué tipo de recetas nos podemos encontrar?
El estudiante hambriento: repostería fácil incluye una gran cantidad de postres y recetas sencillas que puedes elaborar y que van del clásico bizcocho de limón a unos muffins con glaseado de margarita. En ese sentido, el apartado más abundante será el de bizcochos pequeños (que es el nombre que le da a los muffins y cupcakes) y el de tartas. Las recetas suelen ir acompañadas de una fotografía donde se muestra el resultado final, así como pequeños trucos siempre y cuando sean pertinentes o sugerencias de conservación.
Las fotografías no son especialmente atractivas en este caso: se limitan a tiros cenitales de las galletas, pasteles o bizcochos de turno sobre manteles de colores. Pero para ser un libro de recetas para estudiantes, son perfectamente aptas. En algunos casos en el que la fotografía es especialmente espectacular o por cuestiones de maquetación, la fotografía llega a ocupar una doble página.
Como ya hemos comentado, las recetas van desde un clásico bizcocho, una tarta de cumpleaños o unas tortitas americanas, a postres y recetas más exclusivos como el strudel de pera, dátiles y jengibre o una tarta banoffee. Cabe destacar especialmente las recetas que incluyen bebidas alcohólicas y el café: dos de los principales elementos que sustentan casi cualquier piso de estudiantes junto a la pasta.
Pero atención, porque llega la pesadilla de la harina leudante
Prácticamente todas las recetas incluyen un ingrediente de pesadilla: la harina leudante. Este tipo de harina no es tan común en el norte de España y es complicada de encontrar incluso por internet.
Sin embargo, la harina leudante puede sustituirse con una taza de 150gr de harina común y añadiéndole una cucharadita y media de polvo de hornear fresco. Si la receta además incluye cacao, yogur o suero de leche, se recomienda añadir ¼ de bicarbonato. Mezclar todo bien.
No es exactamente igual de suave que la harina leudante pero hace bien su trabajo como sustituto.
Mi opinión sobre El estudiante hambriento: repostería fácil
El estudiante hambriento: repostería fácil es uno de mis libros favoritos de cocina y de repostería. He probado en varias ocasiones sus recetas y no son auténticos desastres como me ha ocurrido con otros libros de cocina. Contiene una enorme cantidad de recetas de tartas, galletas y bizcochos que te encantará examinar para preparar postres a tus amigos, compañeros o simplemente para ti mismo. Y las recetas van desde lo más clásico a ciertos platos atrevidos o con origen en otros países que a mí, simplemente, me han conquistado. Sin lugar a dudas la edición podría estar un poco más cuidada pero, para lo que es y el público al que se dirige, yo creo que cumple con todos los requisitos.
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