Resumen de la obra
Lundi fue considerado en vida como uno de los mejores historietistas del panorama nacional. Un virtuoso de la viñeta que murió de una forma trágica e inesperada cuando fue abatido por la policía en un atraco al Banca Privada Internacional.
Al cumplir los 18 años de edad, la hija de Lundi recibe el último testimonio de su difunto padre: un cómic en el que el artista intenta redimirse y, de alguna manera, justificar su acción. Con este material inédito, la joven acude al único hombre en quien confiaba su padre para terminar su historieta inconclusa: Javier Ara.
Ara desempeñó años atrás el trabajo de retoque en la editorial para la que trabajaba el afamado Lundi. El odio que el principiante desarrolla por la vida de éxito del icono que considera un fraude no hace más que crecer y crecer. Cuando a Ara se le presenta la opción de terminar el trabajo de su antiguo compañero de estudio lo hará con unas intenciones diferentes a las de restituir su fama y limpiar su nombre. Javier se propone conocer la verdad sobre la muerte del dibujante, y para ello llevará a cabo una exhaustiva investigación. La investigación que la policía pasó por alto en su día.
Análisis de Atraco a mano alzada
Atraco a mano alzada es un cómic que podríamos encuadrar dentro del género policíaco, o de thriller o incluso del metacómic. En varias ocasiones a lo largo de la trama los dos narradores que toman la palabra en la historia (los dos dibujantes en teoría del propio cómic que ha llegado a nuestras manos) hablan directamente al lector. Hay mucho más allá de la propia investigación, de la propia premisa de la historieta. Como os podéis imaginar, el hecho de que el dibujante se plasme en las viñetas del cómic y que nos hable directamente le da un poder increíble sobre la historia. Cada uno de los dos protagonistas nos da una versión de los hechos y juegan con el formato a su antojo, sin que podamos discernir objetivamente sobre lo sucedido.
El estilo de dibujo también está supeditado a este juego formal. Al haber dos narradores/dibujantes, el autor tiene que hacer suyos dos estilos radicalmente opuestos. El único punto común de ambos dibujantes es el blanco y negro.
Por una parte tenemos el estilo de dibujo de Lundi, carente de sombreado, con poco detalle. Esquemático pero efectivo. Por otro lado, en el acto segundo del cómic, nos encontramos con el dibujo de Javier Ara. Ara hace gala de unos ambientes más trabajados, con mayor detalle tanto en los paisajes como en los propios personajes. Este dibujante sombrea, juega con tramas y se recrea en la expresividad de sus personajes. Además, Ara controla a la perfección el ritmo de la historia, a la que aporta un mayor dinamismo y espectacularidad que Lundi, con un estilo visiblemente más realista que éste.
Al empezar a leer la historia nos hacemos un esquema mental de lo que nos vamos a encontrar que no tardará en sorprendernos. En un primer momento asumimos que se trata de la historia de un pobre hombre al que han diagnosticado una enfermedad terminal y que hará lo impensable para salvaguardar el bienestar económico de su familia. Y esta es una parte de la historia, sí, pero hay mucho más que eso en Atraco a mano alzada.
La historia es muy directa, el propio personaje se nos descubre como el autor. Tenemos a un narrador que nos cuenta sus intenciones y las dibuja en tiempo real, por así decirlo. Es un testimonio que nos va desvelando la situación del protagonista de tú a tú. Ni siquiera su familia sabe el plan que Lundi tiene entre manos, somos sus confidentes directos, casi cómplices.
A medida que va avanzando la historia vemos cómo avanza la enfermedad de nuestro narrador. Estos signos visibles de desgaste, que percibimos en el dibujo, dotan de una dimensión mayor a la historieta, que está alterada por factores externos, por factores de la vida real. Esto, y otros detalles de la historia, hacen que incluso nos lleguemos a preguntar si habrá existido Lundi o si hay alguna base real en lo que estamos leyendo.
La historia de Lundi, nuestro primer narrador, termina de forma brusca, sin una despedida o una conclusión que podamos determinar como final y cerrada. Acto seguido, y nunca mejor dicho, pasamos a conocer al segundo narrador, el otro dibujante de la historia: Javier Ara.
-Esa es la diferencia entre tú y yo. Yo no desperdiciaría mi talento siendo el negro de nadie.
-¡Y una mierda! No eres tan bueno, o has tenido mucha suerte o has chupado muchas pollas… O las dos cosas.
-¡Ja, ja, ja! Justamente por eso mismo, dibujar no es lo importante. El talento tampoco. Lo importante es vender y que parezca que lo que vendes es mejor que lo que venden los demás.
Ara es el encargado de retomar el cómic de Lundi para que la historia quede cerrada por completo. Es la propia hija de Lundi la que hace llegar las páginas que hemos leído, por encargo de su padre, a nuestro segundo protagonista. Este encuentro entre la hija de Lundi y Ara es el punto en el que hilamos la historia con la de este nuevo dibujante. Ambos narradores coincidieron en el pasado, pero, como dice el propio Ara, su relación no terminó muy bien.
A pesar del escepticismo inicial que muestra Javier cuando la joven solicita su ayuda, éste acepta el encargo póstumo. Ara fue en su día el negro de Lundi, el dibujante encargado de repasar sus líneas y de corregir los errores de sus viñetas. Esta relación laboral, marcada por la dejadez paulatina de Lundi en su trabajo, acabó por desgastar los lazos entre ambos.
-Te pasas el día llorando. ¿Cuándo vendrá mi oportunidad? ¿Cuándo me dejarán destacar? Y mientras tanto sigues repasando mi línea. ¡Eres patético! ¡Un patético pusilánime!
[…] -¡Oh, sí que sigo por ahí! ¡El pusilánime empieza a estar ya hasta los cojones! ¡Llevo todos estos años mordiéndome la lengua y empiezo a estar harto de tus aires! ¡Y puede que al pusilánime le dé por mandarte a tomar por culo de una puta vez!
El propio Ara nos cuenta que si acepta el encargo de terminar el cómic no es para que Lundi se redima ante la opinión pública. No. Su intención real es la de investigar lo sucedido en el atraco en el que éste perdió la vida y arrojar algo de luz sobre el asunto. Su odio hacia el reconocido dibujante es el que lo mueve a investigar y a destapar sus oscuras motivaciones. Desde el Acto Segundo será Ara el encargado de guiarnos por la historia, de la misma forma que hizo Lundi. Incluso, en algunos puntos, llega a introducirse en las viñetas que hemos visto en el Acto Primero para que nos percatemos de algunos de los detalles que nos hemos perdido en su lectura inicial.
Nuestra opinión sobre Atraco a mano alzada (¡puede contener spoilers!)
Hay muchas cosas que nos han sorprendido positivamente en este cómic. Es uno de los títulos del género que más hemos disfrutado en lo que va de año (y ya queda poco para que se termine).
Atraco a mano alzada se nos presentaba como una historia de misterio, una especie de thriller policíaco a la vieja usanza. Esta es la idea que nos hicimos leyendo la sinopsis. Con la carta de la editorial que viene adjunta en la edición del cómic que ha llegado a nuestras manos pronto descubrimos que la historia pretende ir más allá. El cómic no se queda en el papel, la trama se salta los cuatro márgenes de la hoja e introduce una perspectiva nueva, una profundidad añadida por medio del juego formal que hace el autor.
El gran punto a favor de Atraco a mano alzada es, a nuestra opinión, la maestría del guión. Nos ha fascinado cómo nos vemos envueltos en la trama. El lector se implica con la historia de una forma especial al no conocer todos los detalles de lo que sucede en el punto más importante, alrededor del que gira toda la trama: el atraco en el que Lundi pierde la vida.
Nos sumergimos en la historia de la mano del propio Lundi. Al principio no sabemos quién es, pero él nos habla directamente, mantiene una conversación con el lector, él nos guía por sus recuerdos. A través de sus dibujos, nosotros veremos sólo lo que él quiera mostrarnos, la historia llegará a nosotros “manipulada”, juzgaremos y observaremos lo que sucede en la acción gracias a los ojos del propio narrador. Sentimos como si nos metiésemos en la cabeza del propio dibujante, como si de un guía se tratase.
Seguimos la historia de Lundi de manera lineal, tal y como él nos la quiere mostrar, sin conocer más detalles que los que él nos aporta. Incluso hay personajes que son necesarios para comprender la trama, pero cuya identidad no se desvela para salvaguardarlos. Todo parece creado realmente por un hombre que lo único que quiere es documentar su “última voluntad” y contarle a su hija los motivos por los que se atrevió a dar el paso y a atracar un banco.
Con Ara cambia el estilo completamente, y no sólo de dibujo (que es lo más obvio al cambiar de Acto), también narrativamente. La idea que nos hemos creado de Lundi en la cabeza se va transformando poco a poco. Descubrimos que todo lo que hemos leído anteriormente es subjetivo, como ya sospechábamos. Incluso el propio Ara nos dice que nos está coaccionando. Con un detalle tan nimio como cuando nos dice que él mismo se dibuja más atractivo de lo que es en realidad, nos está dejando muy claro que ahora él lleva las riendas de la historia y nos va a hacer pensar lo que él quiera. Igual que sucede con Lundi, Ara nos habla directamente a nosotros, al lector. Incluso este segundo narrador vuelve sobre las viñetas del primero y desmonta las palabras de éste con ingeniosas apreciaciones que nos dejan con la boca abierta.
Por ejemplo, el momento en el que se nos descubre que había un tercer implicado en el plan del atraco, nos quedamos con la boca abierta. Ciertamente, las viñetas de la conversación de Lundi con sus cómplices no tienen la misma composición impecable del resto de la historieta, eso es un factor que Ara no pasa por alto. La inteligencia de Javier, la lucha que incluso después de muerto Lundi, mantienen ambos artistas, que a nuestros ojos compiten por convencernos de su versión de los hechos, es de una fuerza impresionante.
El volumen nos parece extremadamente acertado, un trabajo de 10, muy inteligente. Por poner un pero, quizás al final sentimos que toda esa adrenalina y esa tensión que se mantiene a lo largo de la obra se relaja. La terminología económica, necesaria para hilar la conclusión de la historieta, rebaja bastante el ritmo al que nos acostumbra en el resto de páginas del libro.
Nos ha encantado el hecho de que te sientes tan perdido a veces, comprendiendo a ambos personajes, empatizando primero con uno y después con el otro, que ya no sabes qué pensar. Incluso el final del cómic queda en parte abierto. No se nos desvela la identidad de los colaboradores de Lundi, por lo que no sabemos a ciencia cierta todo lo que ha sucedido en el atraco.
La edición es otro punto a favor de la obra. No sólo la portada es llamativa y el título (que al final se nos explica que fue la opción ganadora de tres posibles) entra por los ojos, los acabados del cómic son de muy buena calidad. Incluye solapas con información adicional, un epílogo de Javier Ortiz (editor de Drakul), y además en esta edición se nos hizo llegar una carta de la Editorial y un marcapáginas. Con esta carta de presentación la primera impresión es más que buena.
Conclusión sobre Atraco a mano alzada
¿Que si nos ha gustado Atraco a mano alzada? Por si no quedaba claro, la respuesta es un enorme y gigantesco “Sí”.
Creemos que es una historia fresca, que rompe moldes y juega con el aspecto formal de la historia de una manera que sólo podemos tildar de brillante. La genuina mezcla de estilos, la forma tan inteligente que tiene el autor de meternos en la historia hasta el punto de que recurramos a Google para saber si los personajes existieron de verdad nos ha dejado impresionados.
Este año hemos leído muchos cómics, especialmente en estos últimos meses un alto porcentaje de análisis que subimos es de cómics o novelas gráficas. Y, a pesar de ello, Atraco a mano alzada es una de las historias más completas en todos los sentidos que nos hemos encontrado del género. La historia es compleja, la trama no tiene ninguna fisura y se mantiene la intriga desde el principio al final del volumen. Si esto ya de por sí no es poco, lo que más nos ha impactado, como ya hemos comentado en la reseña, es la capacidad del autor de traspasar el papel y crear una historia que llega a parecernos real.
Una historia ágil, inteligente, entretenida y que nos ha dejado con la boca abierta. Recomendadísima a amantes del género y a aquellos lectores ocasionales de cómics. Incluso si no te gustan especialmente las historietas, si te apasiona la intriga puedes lanzarte a por esta historia con la seguridad de que te atrapará.
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