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La tinta de mis ojos, el libro de poesía con el que Aitana Ocaña, antigua participante de Operación Triunfo, saltó a la fama, está plagado de polémica por todas partes. Desde la presentación de su obra el pasado 17 de octubre, la enorme cobertura mediática que ha recibido esta autora ha destapado varios escándalos que han indignado al panorama literario.
El primero de todos ellos se desató cuando Aitana confesó que no había escrito su libro intimista de poesías sola, sino que tuvo que ayudarla una coach literaria, por lo que los rumores de que no había escrito el libro se dispararon en las redes sociales.
Ahora la polémica ha ido in crescendo cuando una blogger y fotógrafa de Virginia llamada Bianca Castellar ha acusado a Aitana de plagio en su obra. En la publicación de Instagram de la fotógrafa demuestra con una captura de pantalla que el retrato realizado a carboncillo que aparece en La tinta de mis ojos se realizó a partir de la fotografía que ella misma le sacó a su hermana Natalia Castellar. En la publicación, la autora y artista se lamentaba del hecho de que no había recibido la acreditación pertinente por la foto.
Estoy muy molesta por este libro. Llevo sabiendo esto un un par de días y he estado tratando de procesar cómo me siento al respecto, porque esta no es la primera vez que he tenido problemas con que otros copien o manipulen mi trabajo sin mi conocimiento o consentimiento para obtener ganancias. Es una locura porque esto es de JULIO, y me acabo de enterar gracias a una fan. Permítanme ser extremadamente honesta, lo estoy pasando mal como creativa. Vivir en Virginia no me permite aprovechar las oportunidades que se me presentan a veces, y trabajo muy duro desde casa para hacerme un nombre. Tengo una plataforma muy pequeña comparada con los temas que fotografío, y aunque mi trabajo puede circular fácilmente sin ser acreditado, no excusa a otros creativos que me excluyen como fuente cuando utilizan mi trabajo como base para el suyo. Mi foto de Natalia (mi hermana) con su suéter rojo ha sido vista por millones y publicada por cientos de miles a través de Internet y los medios de comunicación social. Esa imagen ha sido el tema de conferencias en clases de arte tal y como me contó un profesor de Milán y la han publicado en cientos de tablones de anuncios de grandes empresas de todo el mundo. Estoy CANSADA de no poder disfrutar de esos logros porque no me están dando el crédito que merezcA. Esta animadora @aitanax pone en su post que ha puesto sus ilustraciones junto a sus poemas en el libro que ha publicado. No me habría molestado si ella hubiera dicho que también estaban junto a sus versiones de trabajo en las que se inspiró. Es engañoso, y me hace preguntarme a cuántos otros artistas le ha hecho esto. Estoy haciendo este post con la esperanza de que ella lo vea, y que todos vosotros le deis crédito a los que crean (arte), ya sea para vosotros o para vuestro disfrute como fan. Me han multado por estar etiquetada en grandes plataformas, es una locura lo que algo tan pequeño puede hacer, y no te cuesta nada! Me niego a permanecer en silencio sobre este problema, especialmente en la industria, aunque signifique quemar puentes.
Aitana se ha defendido ante estas acusaciones con una publicación de Instagram en la que explica que en su libro hay tres retratos: dos de ellos con un contrato de derecho de imagen y este tercero en el que sale retratada Natalia Castellar. Confiesa que el retrato lo realizó como una actividad para su clase de arte en 2º de bachillerato, que lo buscó para poder darle autoría a la autora y que no llegó a encontrar nunca la fuente original.
Estuve buscando durante un tiempo de dónde pude sacar esa fotografía y cuando la encontré de nuevo en Tumblr no ponía ni de quién era la fotografía ni quién era ella. Estuve pensando mucho si publicar ese dibujo o no y finalmente pensé que al ser algo diferente a la fotografía no pasaría nada, error mío. Yo me pongo en contacto con la autora de la fotografía para que su reconocimiento pueda estar en el libro. Es lo más correcto y coherente. Gracias.
Con esta se vuelve a abrir una vez la polémica de los autores que realizan diseños basándose en fotografías que encuentran por Internet. ¿El legítimo? ¿O siempre hay que citar a la fuente de las obras?
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