Argumento
Isaac Newton es un pequeño niño muy avispado e inteligente. El pequeño es tan listo que no pasa ni un solo minuto sin pintar una pared, crear un molino de juguete o aprender algo nuevo. Su vida dará un vuelco cuando sus profesores recomiendan a su madre enviarlo a Cambridge, donde podrá impulsar sus investigaciones.
Desde allí, Isaac realizará numerosos experimentos de física, cálculo y alquimia, formulando diferentes teorías como la de la gravedad, la luz y el color que cambiarían para siempre la escena científica.
Análisis
¿Por qué darle cómics y cuentos sobre princesas y ranas hechizadas a tus niños cuando la ciencia puede llegar a ser igual de mágica? Bajo esa premisa, Anillo de Sirio, una editorial independiente de cómics, ha creado la Colección Científicos: una serie de obras que muestran las vidas y los hallazgos de diferentes figuras que revolucionaron el panorama científico como Newton, Darwin, Marie Curie, Ramón y Cajal o Hipatia.
La edición del cómic es simplemente impecable y cuenta con un formato apaisado y de tapa dura, con encuadernación en cartoné. El papel interior, satinado y de buen gramaje, acaba de completar una obra de un acabado final simplemente excelente.
El dibujo de Jordi Bayarri destaca por tener un estilo propio, directo y suavizado que funciona muy bien con el público infantil. Reparte las diferentes viñetas en dos filas, sin introducir variaciones en la lectura que pudiera despistar a los más pequeños de la casa. Al mismo tiempo, su forma de dibujar los contornos y las siluetas es realmente enternecedor y tiene un toque familiar que hace todavía más cercana una historia tan compleja.
La gama cromática de Newton, la gravedad en acción, se mantiene siempre en los colores marrones, poco saturados, que transmiten tan bien la antigüedad de la historia que se está contando. Lo complementa un toque de color verde que aporta cercanía y relajación. Por lo general, es una obra muy coherente de principio a final, sin que ninguna escena llame la atención o salte a la vista por emplear colores saturados o figuras deformadas.
El cómic, además, incluye los bocetos de los diferentes personajes y assets al final, así como un storyboard de la planificación de los planos que realmente le dan un valor añadido a la obra.
Sobre la historia del libro y la vida real de Isaac Newton
La historia, al estar pensada para niños, suaviza y dulcifica los diferentes conflictos con los que se encontrará Isaac y que realmente estructuraron su vida: las diferentes acusaciones de plagio, sus enemigos o incluso el determinante momento en el que postula su teoría sobre la gravedad. De esta forma, se presenta a Isaac como un personaje dulce pero decidido, valiente, que no le teme a nada, rodeado siempre de amigos.
En la realidad, la vida de Isaac Newton no fue, ni de cerca, tan feliz como se muestra en estos cómics: fue un niño raquítico que nació en una Inglaterra asolada por una guerra civil y la peste, aunque en la aldea en la que él nació no se vivieron demasiado esas desgracias.
Sin embargo, Isaac sentía un profundo rencor por su padrastro, al que culpaba de que su madre lo dejase viviendo con su abuela. En la universidad encontró por fin a una figura paternal en Isaac Barrow, un profesor de cálculo que en vez de enseñarle lo mismo que al resto, lo orientó en la búsqueda de soluciones para las grandes preguntas matemáticas todavía sin respuesta.
El cómic explica en una viñeta que Newton no pudo volver a la universidad por culpa de la peste, pero no que aquellos fueran los años más productivos de su vida. Su forma de investigar sobre óptica no eran tan inocentes como aparece en el libro ya que incluso llegó a meterse una aguja sin punta en su ojo para ver qué sucedía.
El cómic de Jordi sí que representa increíblemente bien su naturaleza reservada, que le llevó a postergar la publicación de muchas de sus teorías muchos años. No muestra, de cualquier forma, el exilio autoimpuesto al que se sometió voluntariamente Isaac, harto de que Robert Hooke y otros miembros de la Real Sociedad Británica criticasen sus experimentos. Cuando su madre estaba agonizante, decidió retirarse al campo durante una buena temporada, tiempo que le inspiró para formular su teoría más importante: la ley de la gravedad.
Sus aportaciones a la ciencia, a la casa de la moneda británica y otra serie de servicios, no tienen rival.
Sus logros fueron tan trascendentales que el término 'genio científico' fue creado para describirlo a él.
Robert Iliffe, director de The Newton Project
Newton fue un gran hombre, pero tenía un temperamente realmente horrible. Llegó incluso a falsificar documentos para vencer una disputa que le duraría toda la vida contra Leibniz. por la autoría de una teoría matemática. Como odiaba no tener razón o que pusieran en tela de juicio sus ideas, acababa a menudo con enormes explosiones de ira y rabia.
Un componente de la historia que no desluce los increíbles hallazgos de Newton y que, por parte de Anillo de Sirio, han decidido pasar por alto para convertirlo en un héroe arquetípico, llegando incluso a mostrar una sonrisa en la principal disputa que amargó la vida de Newton: la de la autoría del cálculo infinitesimal contra Leibniz.
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Nuestra opinión
Lo primero que experimentas cuando abres uno de los libros de la Colección Científicos de Anillo de Sirio es alivio. Alivio porque son parte de la gran cantidad de autores y editoriales que se han centrado en acercar obras y personalidades a los más pequeños de la casa. Alivio porque el día de mañana, un porcentaje mayor de niños sabrán quién es Hipatia y quién fue el que postuló las leyes de la óptica actuales más allá de la anécdota de Newton y la famosa manzana.
El cómic es una auténtica maravilla en las manos: de tapa dura, firme, sólida, con hojas satinadas y un dibujo simplemente magistral. Sin la necesidad de caricaturizar demasiado a los personajes, manteniendo un tono realista, es capaz de introducirte en un tiempo pasado sin artificios ni trucos de escena. Es de agradecer también el formato, ideal para ponértelo sobre las piernas al leérselo a uno de los peques.
Las viñetas, al ir siempre en el mismo orden, no despistan la atención de los niños menos acostumbrados al formato cómic, y el tamaño es suficientemente grande como para poder señalar diferentes elementos de cada escena y detenerte en él. Aunque personalmente, estamos seguras de que más de un niño preguntará travieso por qué no riñen a Isaac por pintar en las paredes de su casa.
La obra, por mucho que pueda parecer corta, es suficientemente larga como para que un preadolescente lo devore de una sentada y para que un niño se entretenga en tres o cuatro sesiones de lectura, dependiendo por supuesto, de la calidad del adulto que se lo esté leyendo.
Es cierto, sin embargo, que el cómic sintetiza tanto la vida de Newton, decidido a contarlo todo, que por momentos los descubrimientos del joven Isaac parecen caídos del cielo. A pesar que en una de las páginas nos muestran cómo Isaac estuvo estudiando toda la noche, echamos en falta alguna escena más sobre el profundo trabajo de investigación y estudio que hay detrás de cada genialidad de Isaac.
Otra de las cosas que nos llamaron la atención, fue la increíble complejidad del texto, el cual nos impide situar de forma eficaz el cómic en una franja de edad determinada. Muchos de los bocadillos y las conversaciones entre personajes requieren de conocimientos previos sobre ciencia para poder comprenderlos. De hecho, consideramos imprescindible que el cómic se lea con un adulto, que explique cada una de las invenciones de Isaac, de forma que el niño lo entienda y mantenga el interés.
Es esencial comprender esto antes de comprar Newton, la gravedad en acción. No es un cómic que entregarle a tu hijo/a de seis años y dejar que se pierda entre sus páginas. No. Se trata de una obra que tienen que leer juntos, explicándole los diferentes conflictos, qué significa entrar en una sociedad de científicos, por qué tuvo que pedirle al Rey permiso para no ser cura y, en general, cuáles son las diferentes teorías que postula Newton, la gravedad en acción.
A mí personalmente me recordó mucho a los Clásicos Ilustrados con los que crecí. Para mí, las figuras del Lazarillo de Tormes, Oliver Twist o el Quijote eran increíblemente familiares por los cómics que leía, una y otra vez, sumergiéndome en el drama y la profundidad de sus páginas. Los Clásicos Ilsutrados no descafeinaban nada en absoluto: el ciego seguía siendo malvado, los hombres que perseguían a Oliver eran crueles y el Quijote solo un viejo loco.
Y en ese sentido me ha dado un poco de pena ver a Isaac convertido en el típico héroe amable, que nunca se enfada y que acepta la resolución de la Real Sociedad de Científicos sobre su disputa con Leibniz con facilidad.
Conclusión
No compres este cómic si pretendes hacer un regalo con el que desentenderte del crío durante un par de horas. No lo compres si no tienes pasión por la ciencia y por la historia y si no quieres transmitirle estos mismos conocimientos a tus hijos. Newton, la gravedad en acción, es mucho más que eso. Los complejos textos obligarán a pararse a menudo para explicarle las teorías de Newton y los diferentes sucesos al peque, permitiéndote compartir momentos únicos y muy especiales con él.
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