Con estas palabras breves he querido mostrar parte del proceso creativo de la autora. En el título actual, el hermoso verbo en participio, Varados, es lo que conecta, a través de Casona, con las sirenas del título primitivo. El ardor es ahora sustituido por el silencio, porque se ha alumbrado un hallazgo crucial: que los verdaderos protagonistas de la obra son esos hombres malheridos que Tesa vivifica mediante la magia de su relato.
Gracias, Rosa, por dejarme ser testigo de tu descubrimiento vital y literario. Gracias por haber querido transformarlo en una novela en la que muchos otros, hombres y mujeres, puedan descubrirse en el asombro. Cuando conozco a mujeres como tú empiezo a cuestionar la existencia de los llamados «techos de cristal». Porque cuando nuestras vidas se ven azotadas por huracanes como este recordamos que, a pesar de todo, el mundo en que luchamos sucede a cielo abierto. Muchas gracias.