Malachy muestra una visión divertida de su periplo vital. La novela está plagada de anécdotas, todas con un toque cómico. Aunque más de una deja un sabor amargo por la crudeza de lo narrado. Su primer matrimonio resulta desastroso por su mala actuación como marido y como padre.
Personalmente, mis anécdotas favoritas son la del verano que Malachy McCourt pasa vendiendo biblias y su etapa viajando como contrabandista de oro. No quiero contar mucho de ellas porque no puedo hacer justicia a la narración del autor. Sólo diré que ambas comienzan de forma serendípica y provocan más de una carcajada en el lector.