Relatos de la crudeza de los dos últimos que os acabo de relatar, sin necesidad de introducir brutales torturas o asesinatos extremos, hacen que sea inevitable que te veas reflejada en algunos de ellos. De esta forma, el horror se mezcla con el día a día y acabas contemplando la obra, con una expresión de ligera incomodidad de desconcierto porque Adrian Tomine es capaz de retratar en sus cómics todas esas sensaciones y percepciones que otros te dirían que solo tienes en la cabeza.
Pero que en el fondo, nos pasan a todos.