Y de golpe descubres que la profesora que lo tentó, con la que se fue siendo completamente imprudente, infiel y simplemente una sabandija y un cobarde a pesar de todo lo que ha aguantado Maddalena por él, no es ni nada más ni nada menos que parte de un complot para demostrarle que su perfecta amante realmente no es perfecta. Y esa escena del final, cuando la sangre ya ha corrido y toda la trama principal ha concluido, nos pareció innecesaria. Nos pareció innecesario envilecer a Maddalena, convertirla en otra parte más de Nápoles, que en la novela aparece retratada como una moneda de dos caras: brilla y es hermosa, pero no sabes las barbaridades que oculta el otro lado.
Ni temeré a las fieras es una brillante novela negra ambientada en Nápoles. Miguel Salas nos hace recorrer de la mano las diferentes calles de la ciudad, sus personajes y los dramáticos sucesos que allí transcurren desde la perspectiva de Roberto: un joven que acepta un trabajo como lector para huir de su anodina vida en Santiago de Compostela.