Visitar la aldea de Bicho Raro es entrar en un paisaje irreal de santos oscuros, amores prohibidos, sueños científicos, búhos trastornados, afectos retorcidos, huérfanos y estrellas vigilantes en el cielo del desierto.
El corazón de este lugar son los Soria, una familia que siempre ha tenido la capacidad de realizar milagros. Y el corazón de la familia son tres primos que ansían cambiar su futuro: Beatriz, la chica sin sentimientos que solo anhela ser libre para pensar sin estorbos; Daniel, el santo de Bicho Raro, capaz de hacer milagros para cualquiera salvo para sí mismo; y Joaquín, que dedica todas sus noches a emitir programas de rock desde su emisora ilegal con el alias de "Diablo Diablo".
Tal vez los tres necesiten que se obre un milagro también para ellos. Pero los milagros de Bicho Raro raras veces responden a lo que espera quien los recibe...
“Los milagros pueden oírse mucho después del oscurecer, incluso si quien los oye se está muriendo.”
“Intuía, del modo en que todos los Soria intuían aquellas cosas, que había milagros en marcha aquella noche: y sabía, del modo en que todos los Soria sabían aquellas cosas, que interferir en los milagros podía tener consecuencias.”
“Los relámpagos y el amor surgen en condiciones muy similares. Aunque hay cierto debate acerca de cuáles son esas condiciones, casi todos los expertos coinciden en que ambos fenómenos dependen de la presencia de dos factores opuestos y complementarios. Los nubarrones de tormenta están llenos de cosas opuestas: hielo y cargas positivas en su capa superior, agua y cargas negativas en la base. En la electricidad, como en el amor, lo opuesto se atrae; y así, en cuanto estos factores interactúan, se desarrolla un campo eléctrico.”