Apoyándose en Virgilio, se acercan al epicentro del Infierno (muy cercano a Lucifer) y aprovechan un batir de alas para escalar. Entonces es cuando la gravedad del mundo se invierten y salen. Arriba es abajo, abajo es arriba, por fin están fuera. Una larga travesía llena de angustia, desmayos, sufrimientos y lágrimas.
Consideramos que es una obra impresionante y que realmente nos dejamos mucho en el tintero pero que lo más importante que se puede decir es que sin lugar a dudas, Dante consiguió aquello que ansiaba y que prometía a las almas del inframundo: la inmortalidad. Su nombre quedó grabado en la memoria, en la historia y para la eternidad.