Supongo que a muchos os sonará un poco exagerado todo esto. No deja de ser 'un libro con muñequitos', pero la magia radica en que La Casa de los Gatos es mucho más que eso. La forma de disfrutar el libro de Gilles Eduar es, ante todo, en familia, sentados en círculo ya sea en la alfombra o alrededor de la ya clásica mesa camilla. La primera vuelta la dan ellos, los pequeños, buscando, descubriendo, maravillándose... Pronto empezarán a enseñarnos sus hallazgos, a contarnos qué historia se oculta tras ese dibujo: ¿A quién salva Super Ratón? ¿Por qué se bañan los gatos? ¿Cómo ha llegado ahí ese calcetín? Luego viene la segunda vuelta. Una vuelta en la que llega el momento de jugar todavía más con el libro preguntando, buscando, ejercitando la memoria y la imaginación: ¿Dónde estaba el ratón con gafas de bucear? ¿Que hacía mamá gato en el salón? ¿De quién son las caras de los cuadros? ¿Qué pasa cuando los gatos se van de vacaciones? El resultado final es un libro-juego que ayuda a crecer, un regalo estupendo para hijos y sobrinos, y una excusa para sentarnos en familia. En estos tiempos cínicos es posible que no siempre funcione tan bien como debería, pero yo, como padre y amante de la lectura, estoy contentísimo con los ratos que estamos pasando juntos con la peque gracias a Gilles Eduar.
Echadle un ojo. ¡Nos leemos!