Si eres un amante de las historias adultas, desde una perspectiva juvenil aunque con esa crudeza que aporta el paso a la fase adulta: ¡no lo dudes! Además, tiene toques de humor y sus páginas invitan a la reflexión. El estilo de dibujo es fresco y recuerda mucho -por la gestualidad de los personajes, especialmente- al manga japonés.
Una buena historia, trabajada y madurada a lo largo de los años por el artista, apoyada por un estilo dinámico y directo. Desde luego, entra por los ojos.