Durante mil años han caído las cenizas y nada florece. Durante mil años los skaa han sido esclavizados y viven sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años el Lord Legislador reina con un poder absoluto gracias al terror, a sus poderes y a su inmortalidad. Le ayudan «obligadores» e «inquisidores», junto a la poderosa magia de la alomancia. Pero los nobles a menudo han tenido trato sexual con jóvenes skaa y, aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado los poderes alománticos: son los «nacidos de la bruma» (mistborn).
Dicho esto, El imperio final sí que cuenta con un universo muy bien logrado, con un sistema económico y político pensado hasta el detalle y con consecuencias al mundo degenerado y apocalíptico que ha planteado. El sistema de magia, así como la creación de diferentes y misteriosas razas con sus propias habilidades es lo más fascinante de esta obra, hasta el punto de pasar por encima de los clichés, las escenas cargadas de tópicos y las batallas movidas por el corazón de una persona pura, para seguir descubriendo qué más se esconde entre las brumas de este universo.
Quién sabe. Está claro que nos queda mucho que descubrir de la Profundidad y del Lord Legislador. Y puede que en la siguiente parte veamos a personajes más convincentes como Sazed.