Hay que ampliar horizontes más allá del dulce y por eso mismo este libro está muy bien, ya que los libros de cocina dirigidos al público infantil, se centran muchas veces en recetas dulces, en lo que les gusta comer sin discusión. Y en Con la comida sí se juega, Mangas introduce de manera muy efectiva otras recetas que, a priori, no resultan tan atractivas a los peques. Una crema de guisantes no sería la primera opción para comer, pero si va acompañada de galletas de queso con forma de dinosaurios...
Si tienes peques en casa, o sobrinas, sobrinos, nietas, nietos, peques de amigos/as… Y quieres pasar un rato divertido mientras aprenden a cocinar, Con la comida sí se juega es un libro ideal para empezar, para que cojan el gustillo y adquieran confianza. Y si el resultado de una receta no queda todo lo bien que debiera, tendréis excusa para repetir y repetir, hasta lograr la excelencia (y llenar el estómago por el camino, claro está).