Rose quiere alquilar estos DVDs para impresionar a Dunc, el chico que está detrás del mostrador. Precisamente Dunc, al que Windy bautiza como Don Nadie, es uno de los temas recurrentes de las dos amigas en las semanas de verano. Hay muchos detalles que nos indican que Rose se siente atraída por Dunc, especialmente cuando reacciona con un odio visceral contra Sarah, la novia del chico. Rose, a pesar de su corta edad, llama zorra a Sarah cuando descubre que la chica está embarazada, a pesar de saber que Dunc no quiere saber nada de ella y que no la ha llamado. Nos sorprende la cantidad de tacos y el vocabulario que emplean las protagonistas, a pesar de su corta edad. También los temas de conversación de las dos amigas son a veces bastante curiosas, como el tema recurrente del tamaño que tendrán sus tetas cuando crezcan. A lo largo de las páginas de la novela nos sentimos como espectadores ajenos, no llega a tocarnos de lleno en ningún momento en especial. Nos gusta el aspecto visual de la obra, sabemos que guarda coherencia y apreciamos el trabajo que denotan tanto el guión como el diseño visual de la misma. Sólo al final nos emocionamos, con la reacción de la madre cuando salva a Sarah, y cuando Rose reacciona y cambia su actitud con su madre, como si de repente la entendiese (como nos sucede a nosotros). No podemos dejar de leer hasta que acabamos el libro, pero sí que por momentos sentimos que nos faltaba intensidad o intención. De todas formas, el final completa el sentido de la trama y encontramos momentos emotivos. Aparte de los que ya hemos mencionado, nos ha gustado especialmente el instante en que Rose se encierra en su habitación después de que sus padres discutan. Primero habla con ella su madre, después su padre. La reacción de los dos es tan diferente y tan esclarecedora, refleja tan bien sus personalidades, que nos parece un momento brillante de la historia. Podríamos encontrar un punto de entendimiento con Rose en su miedo a que su familia se rompa, en su apatía, en su rabia y dolor ante la actitud de su madre. La protagonista no analiza sus sentimientos, evita toda reflexión con sus padres o con Windy, sin afrontar directamente lo que sucede, por lo que a veces este tema queda en un segundo plano.
Sin duda, recomendamos este cómic a los amantes de la novela gráfica. En especial a aquellos que disfrutan de las historias que tienen a personajes sencillos como protagonistas. A esos lectores que son fanáticos de historias que esconden una trama profunda que se construye mediante situaciones cotidianas. Aquel verano es un cómic sobre la adolescencia y sus problemas. Pero no está específicamente orientado al público de esa franja de edad, también los lectores de más edad pueden disfrutar de las páginas de esta historia. Destaca la maestría del dibujo de Jillian y la frescura de la historia de Mariko, que aunque por momentos parece avanzar a un ritmo bastante lento es innegable que engancha desde el principio. A pesar de tratarse de un libro de bastante extensión, especialmente si lo comparamos con la mayoría de novelas gráficas que hay en el mercado, su lectura no resulta en absoluto densa y se ventila en una tarde. Una historia para disfrutar de la juventud, también de los errores que se cometen siendo joven, y, cómo no, de las vacaciones de verano y la libertad que llevan implícita.