El amor es una montaña rusa, opinión de lo nuevo de Romina Naranjo

Nina es una periodista, que tras un fracaso laboral, acaba siendo la protagonista de un reality show en un pueblo perdido entre Burgos y Palencia. En su camino se cruzará Lucas, cámara de la nueva producción que va a lanzar a Nina al estrellato. Pero el comienzo dista mucho de ser un camino de rosas, y entre Lucas y Nina surgirán muchas chispas… y ya sabemos que del roce al cariño… solo hay un paso.

Análisis y opinión de El amor es una montaña rusa

Romina Naranjo nos trae junto a la editorial Phoebe Romántica, una novela fresca y ligera para este verano.

El amor es una montaña rusa es una novela romántica contemporánea que nos trasporta de Madrid, donde vive nuestra protagonista de origen sevillano, a un pueblecito perdido entre Burgos y Palencia, para protagonizar un reality show llamado Cliché 2.0.

La autora nos presenta a Nina, una joven reportera que por cosas del destino ha acabado trabajando para una cadena de televisión, en concreto en un reality show llamado Cliché, donde dos personas conviven en un apartamento y la audiencia va decidiendo a que pruebas tienen que enfrentarse cada semana. Nina ha sido la encargada de elegir a los protagonistas de este programa, así que cuando las cosas no salen como se espera y el programa es cancelado, su jefa decide ponerla al frente de un nuevo formato. Pero no para dirigirlo, sino para ser la cara del reality.

Nina se muestra como una joven con principios pero que quiere conseguir algo serio en su vida laboral, es por eso que pese a ello, decide aceptar el trabajo y embarcarse en esta nueva aventura junto a tres variopintos compañeros, con los que tendrá que convivir durante su estancia en un pueblo perdido donde se realizará el show.

Cuanto más avanzaba en la lectura más identificada me sentía con Nina y más me gustaba el personaje. Al comienzo, la prota es un completo caos, pero poco a poco se va dando cuenta de lo que realmente importa en su vida. Es muy risueña, dicharachera y a pesar de las vueltas que ha dado su vida, sabe cuál es su camino, aunque todavía no sepa claramente cómo llegar a la meta.

Por otro lado tenemos a Lucas, el cámara. También acompañará a Nina en esta aventura, junto a los coprotagonistas: Amelia la maquilladora y Pedro el regidor.

El protagonista masculino será todo un misterio hasta bien avanzada la novela. Se presentará como una persona hermética, que no aprueba lo que Nina va a hacer y no hace más que meterse con ella. Aparece con aspecto desaliñado, y con permiso de la autora, yo no he podido evitar ver al prota de Erkenci Kus (esta serie que está ahora tan de moda) más que a Jim Morrison, pero oye, que me ha valido igual para dejarme llevar por sus manías y sus cortes a la protagonista femenina.

Nina y Lucas, o Morrison como ella le llama, nos regalan momentos muy divertidos donde la tensión se corta con un hilo. Cada vez que aparece una escena con ellos dos discutiendo no puedes evitar dejar escapar la sonrisilla.

—Ya… —Lucas agarró el macuto y se lo cargó al hombro como si no pesara más que una fiambrera con un sándwich—. Y también alar­des de princesa, a juzgar por la cara de oler mierda que se te ha puesto al ver la caravana. ¿Esperabas una limusina con las lunas tintadas?

—Esperaba un saludo adecuado. No voy a decirte que dar los buenos días, porque seguro que eso está completamente fuera de tu alcance, pero, no sé…, llegar como las personas, no ser un capullo integral… Algo facilito.

Pero del amor al odio hay un paso y viceversa y lo que empieza siendo una batalla, da paso a un sentimiento mucho más fuerte que los arrastra a los dos. No obstante, entrará un tercero en discordia. Jorge, habitante del pueblo donde se está realizando el reality, el hombre ideal, detallista, bueno, cariñoso, decidido, cabal, además de guapo. Pero que esconderá sorpresas inesperadas que nos dejarán con los ojos muy abiertos y pegadísimos a la lectura. Y comenzarán los celos y la historia de nuestros protagonistas se volverá más intensa si cabe, porque a pesar de los sentimientos, ambos saben que son muy diferentes y no quieren sentir lo que sienten. Sus discusiones darán paso a nuevas intenciones, regalándonos momentos muy sensuales que nada dejarán a la imaginación.

—Pues tú sacas lo peor de mí. Lo peor, con diferencia. —Sus manos ascendieron hasta acariciarme la espalda con una delicadeza que me estremeció. Y creo que gemí un poquito—. Quiero estar dentro de ti, Nina. Esta vez bien.

Lo cierto es que yo nunca había leído nada de esta autora, y El amor es una montaña rusa me ha sorprendido gratamente. Su pluma es ágil y rápida y consigue engancharte con su forma de contar los diferentes eventos. Sin embargo, me pareció que la novela comienza algo lenta y hasta que Nina se mete de lleno en el trabajo se me hizo un poco denso. Pero después la lectura se vuelve ágil, rápida y adictiva. No he podido parar de leer hasta el final.

Mención especial para el personaje de Cayetana, la mejor amiga de Nina, sevillana de nacimiento pero con origen oriental que me ha dejado con ganas de más. Su historia con Jesús, el hermano de Nina, me ha sabido a poco, y espero poder leer algo de ellos pronto.

Sin duda, una novela más que recomendada, con personajes realistas aunque las situaciones sean un poco inverosímiles en algunos momentos, pero que en conjunto dan lugar a una novela fresca y divertida para disfrutar en estos días de calor. Yo ya estoy buscando más novelas de esta autora que me ha sorprendido para bien.