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Reseña del cómic de La Vampira de Barcelona

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Profesor y coleccionista de cómics. También jugón y rolero. Buscando c...


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Imágen destacada - Reseña del cómic de La Vampira de Barcelona

Análisis del cómic de La Vampira de Barcelona.

Tenemos un problema, por norma general, y es que parece que las historias españolas (y los propios autores españoles) son “de segunda”. Y la verdad es que es una problemática a varios niveles, tan complicada que necesitaría otro artículo entero para hablar de ello. Pero si eres de los que piensa así, que piensa que “el cómic español es solo Mortadelo y Filemón” quizás es que no te hayas encontrado algo como lo que nos trae Norma editorial: La Vampira de Barcelona.

La Vampira de Barcelona es el pseudónimo que se le puso en 1912 a Enriqueta Martí tras ser detenida por el secuestro de Teresita Guitart, pero ese no fue su único crimen. Fue acusada del supuesto asesinato de muchos otros niños y niñas a los que prostituía y luego mataba para preparar ungüentos curativos que eran vendidos a la burguesía catalana. Como es de suponer, esto implicaba a muchas personas importantes de la alta sociedad de aquella época, por lo el cómic se centra en las adversidades que sufrió la policía y el juez De Prat intentando encerrarla. 

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Sus autores, Miguel Ángel Parra e Iván Ledesma con Jandro González a los lápices, se centran en dar una visión realista del suceso. Aunque alguna vez coquetea con la fantasía propia de las obras clásicas de terror como Drácula de Bram Stoker, la narración se basa sobre todo en la documentación de la época, tratando de representar unos personajes lo más reales posibles sin querer hacer una parodia de la Vampiresa, según palabras del propio Iván Ledesma. El cómic ofrece el punto de vista de la propia Enriqueta, del juez que enfermó y tuvo que dejar el caso, del juez que le sustituyó (De Prat)… y lo cierto es que, al igual que ocurre en el caso de Jack el Destripador, no se sabe qué es realmente cierto y qué fue exagerado por la prensa. Y eso es precisamente lo que hacen los autores, un retrato del impacto que tuvieron los crímenes de la Vampira en la sociedad de la época, jugando con la ambigüedad de la prensa de aquellos días, sin revelar al lector en ningún momento si lo que ocurrió es cierto o no. 

Respecto al dibujo es limpio y clásico, con un diseño basado en las fotografías que forman parte de la documentación del caso, como se puede ver en los extras de las últimas páginas. Quizás pueda sorprender que el dibujo sea tan colorido, acostumbrados a un tono tenebroso cuando leemos una historia de éste estilo; sin embargo, la paleta de colores está muy bien escogida, el autor sabe cuándo crear una página más cálida o fría según sus intereses, y le otorga vida propia tanto a los personajes como a la ciudad de Barcelona.

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Nuestra opinión del cómic de la Vampira de Barcelona

La Vampira de Barcelona tiene muchas cosas sobresalientes: un dibujo de mucha calidad, la historia, interesante de principio a fin y muy bien documentada, unos personajes bien construidos pero hay algo que hace que se distinga por encima de todo esto: el miedo.

Me cuesta decir que es un cómic de terror, al menos desde el punto de vista actual. Pero si Jack el Destripador es una historia de miedo, es imposible negarle lo mismo a Enriqueta Martí. ¿Y esto a que se debe, os preguntaréis? Se debe a que alude a una necesidad primaria del ser humano: el afecto. Todos hemos sido niños, y sabemos lo vulnerable que se es a esa edad, seres pequeños e inocentes que no pueden defenderse. La vampiresa los prostituía y los mataba, para más inri, ayudada por la alta sociedad del siglo veinte. Es difícil leer este cómic y atrapar las pequeñas indirectas (algunas muy directas) sobre lo que sufrían las víctimas sin que te recorra un escalofrío. Y más difícil aún no sentir rabia al ver como desde arriba de la pirámide social iban tapando todo y cubriéndose unos a otros. Es un cómic que da que pensar y sin embargo la lectura es suave y fluida, breve.

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Como decía al principio, si eres de esas personas que no suele leer cómic español más allá de picotear algo de Paco Roca o leer clásicos de Bruguera, quizás deberíais darle una oportunidad a este cómic y ver el potencial que hay dentro de nuestras fronteras.


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