Sword art online ha popularizado en Occidente las historias de jugadores que se quedan atrapados en RPG pero lo que muchos no saben es que este tropo lleva años causando furor en Japón. Desde el lanzamiento de .hack/Sign, un anime producido por Bee Train y creado por Kazunori Ito, las historias en las que los adolescentes se ven abducidos mentalmente por un videojuego online de aventuras han calbalgado la curva del éxito.
Y el manga de Kuma Kuma Kuma Bear se suma a este tipo de tropos hechos por y para gamers.
Kuma Kuma Kuma Bear nos introduce en la vida de Lady Yuna: una adolescente obsesionada por un videojuego en línea ambientado en un mundo de fantasía medieval. Lady Yuna se toma muy en serio los parches y es, lo que uno consideraría, una hardcore gamer: ha masterizado todos los puntos de desarrollo de su personaje, está al nivel más alto y conoce todos los pequeños subterfugios que rodean el WFO en el que pasa las horas. Es tal su nivel de adicción, que incluso ha dejado de ir al instituto para poder dedicarle más tiempo. Lo que no podía llegar a imaginarse Yuna es que al participar en una aparentemente inocente encuesta online esta sería transportada a un mundo nuevo… uno del que no podrá desconectarse nunca.
Kuma Kuma Kuma Bear es un manga adorable y realmente divertido que entraría dentro de la categoría de los isekai: el género que recoge las historias de aquellos que caen de manera fortuita en otro mundo y deben adaptarse a nuevas y extrañas condiciones.
La gran mayoría de este manga se centra en explorar la frutración de Lady Yuna, una auténtica eminencia en el anterior juego en el que pasaba las horas, cuando es obligada a llevar un pijama de oso con propiedades físicas y mágicas muy potentes en un mundo completamente nuevo donde, al parecer, ella es la única que viene de otro mundo.
Sin embargo, las primeras dos páginas nos dejan ver que la realidad detrás de Yuna, la protagonista, no es tan positiva como parece. No solo desprecia la realidad y tiene verdaderos problemas a la hora de hacer amigos, sino que prácticamente se declara como una hikikomori: un concepto que sirve para describir a los jóvenes que se retiran de la sociedad y pasan la mayor parte de su tiempo en casa, a menudo jugando videojuegos. Este fenómeno ha generado inquietud en la sociedad japonesa y ha llevado a grandes debates, ya que a menudo los hikikomori sufren de ansiedad social y agorafobia.
Los videojuegos online o MMO donde pueden enmascarar su “verdadero yo” bajo la apariencia de otro personaje son un buen punto de huida para estas personas que, poco a poco, van siendo cada vez más: las últimas estadísticas revelan que ya hay alrededor de 1 millón de jóvenes hikikomori en Japón. Esto significa que estos individuos se han aislado de la sociedad durante al menos seis meses, y en algunos casos, incluso años. A diferencia de otros mangas como Sword Art Online o Log Horizon, Kuma Kuma Kuma Bear se enfoca en la forma despreocupada con la que la protagonista, que no echa en absoluto de menos el mundo real, se mueve a través de este escenario virtual precario y medieval donde solo los fuertes parecen poder sobrevivir y donde la injusticia y la precariedad económica hacen todavía más realista este contexto medieval.
Así Kuma Kuma Kuma Bear se desviste del peso argumental que plantea su inicio a través de un estilo de dibujo muy kawaii inspirado dramáticamente en otros isekai de fantasía como El ratón de biblioteca. El estilo artístico es detallado y cautivador, lleno de detalles y de tramas lo que permite una inmersión más profunda en el mundo medieval en el que se encuentra la protagonista. Los personajes están bien diseñados, son carismáticos y recuerdan poderosamente a títulos como Genshin Impact o Ragnarok Online en el diseño de su vestuario, sus trajes y sus expresiones faciales que transmiten las emociones y personalidades de cada uno. Al mismo tiempo, los autores Kumanano y Sergei han hecho un gran trabajo con el diseño y creación de las escenas de acción, las cuales son dinámicas, interesantes y fáciles de seguir lo que contribuye a generar una fuerte energía positiva que destila toda la historia. En general, el dibujo del manga complementa de manera efectiva la trama y contribuye a la experiencia de lectura.
Que no te engañe el pequeño impasse anterior acerca de los hikikomori y la razón por la que Lady Yuna no quiere volver a la realidad, porque este no es un manga dramático y, al menos en este primer tomo, no explora conceptos profundos como pueden ser la desconexión social y la pérdida de identidad. Es un manga por y para gamer, lleno de referencias a los ecosistemas clásicos de los JRPG que todos conocemos y amamos.
Así, el manga se apoya de elementos familiares de este género de videojuegos, como la existencia de un gremio de aventureros, la clásica (e irritante) misión de nivel bajo de recoger plantas curativas para una aldeana random (que acabará convirtiéndose en uno de los personajes secundarios más dulces y cariñosos que empujen a Yuna fuera de su zona de confort) y otras misiones prototípicas para obtener puntos de experiencia como ir al bosque a eliminar lobos. El conocimiento de la protagonista del funcionamiento de estos mundos, sumado al absurdo trajecito de oso que le da enormes poderes, hace que Yuna se sienta como la master del juego o, como se dice dentro del mundillo, una carry de tomo y lomo. y la necesidad de acabar con plagas. Estos elementos típicos de los juegos de rol se utilizan como base para el desarrollo de la trama y el crecimiento de la protagonista en este nuevo mundo. Además, el hecho de que el traje de oso de Lady Yuna sea reversible es un guiño a los trajes característicos y personalizables que se encuentran en los JRPG. Esta fusión entre la realidad y el mundo de los videojuegos aporta una dimensión interesante y entretenida a la historia, garantizando una experiencia gratificante y de confort para los lectores ávidos de aventuras inspiradas en los clásicos juegos de rol.
Sin lugar a dudas. Este primer tomo nos demuestra que no es necesario un gran drama para crear una historia cautivadora que resuene en el corazón de los amantes de los videojuegos y los JRPG. Y es que Kuma Kuma Kuma Bear no profundiza en los aspectos dramáticos de los hikikomori o en las cuestiones de desconexión social y pérdida de identidad sino que se enfoca principalmente en el entretenimiento y las referencias a los ecosistemas clásicos de los juegos de rol.
Me ha divertido especialmente la forma que tiene el manga de no tomarse en serio a sí mismo y cómo utiliza elementos familiares de los JRPG, como la existencia de un gremio de aventureros y misiones típicas de recolección o eliminación de enemigos para obtener puntos de experiencia. El conocimiento previo de Yuna sobre estos mundos y su poderoso traje de oso le dan un protagonismo especial, convirtiéndola en un personaje de tipo tsundere con el que uno puede sentirse identificado.
Aunque de momento solo he leído el tomo 01 de este manga, sin duda seguiré leyendo Kuma Kuma Kuma Bear en busca de más momentos de desconexión y confort que sin duda, todos necesitamos en algún momento.
Así que si estás buscando un momento entretenido y sin complicaciones que te recuerde a las experiencias emocionantes de los JRPG clásicos te recomiendo que te pongas tu pijama de osito, te tumbes cómodamente en tu habitación y te pierdas en esta aventura clásica que no falla en su propósito.
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