Hoy en Momoko toca análisis de un nuevo manga, ¡porque nos encantan! En este caso vamos a dar nuestra opinión sobre Sayonara Sorcier, una historia que impacta desde el principio. Especialmente, llama la atención por su personaje principal: Vincent Van Gogh. La trama del manga no está basado en hechos reales, el argumento es ficcionado.
Sobre Hozumi, la autora de Sayonara Sorcier
Hozumi es una autora de la que hay poca información por ahora. Es autora de Sayonara, Sorcier, manga que hoy trataremos; La víspera de la boda, un tomo único que recopila seis historias cortas y con la que ganó el segundo premio en el concurso Kono manga ga sugoi! en 2013; y La posada de los objetos perdidos, una historia de tres tomos. En 2010 recibió el premio Silver Flower de la revista mensual Flowers.
Argumento de Sayonara Sorcier
Théodorus Van Gogh es un marchante de arte conocido en el París de finales del siglo XIX. Su hermano, Vincent Van Gogh, no es otro que el gran genio de la pintura, aún desconocido. ¿Cómo se dio a conocer? Théodorus sabe que su hermano está dotado de un talento para la pintura y quiere que sus obras sean conocidas por todo el mundo. ¿Pero cómo? Su hermano tiene el aspecto de un vagabundo, como los muchos que hay en las calles de París. Será imposible convencer a la Academia de Bellas Artes de que Vincent es un gran artista, porque según ellos “los mendigos no entienden de arte”. Así empieza una historia de celos, amor, arte y una sociedad que cree que el arte es solo para los ricos. Sayonara Sorcier no está basado en hechos reales de la vida del pintor. La historia de este manga es, por completo, una ficción de la autora que toma a Van Gogh como protagonista de la trama. El manga consta de 2 tomos.
Análisis del manga Sayonara Sorcier
La historia se sitúa en el París del siglo XIX. El arte es visto como algo propio de los ricos y por este motivo la Academia de Bellas Artes no permite el acceso a sus museos a la gente más pobre, porque según ellos “los pobres no entienden de arte. El arte es cosa de ricos”. En este contexto, el galerista Théodorus, un hombre elegante, serio y respetable, quiere cambiar la mentalidad de la Academia. Les quiere hacer ver que están equivocados, que todo a su alrededor puede ser arte; quiere enseñarles lo que es “el nuevo arte”. Los de la Academia se ríen de sus ideas hasta que Théodorus les demuestra que la gente del pueblo compraría antes un lienzo de una hogaza de pan hecha por un panadero que una obra de un artista reconocido. Paralelamente se nos muestra el pasado de los dos hermanos en forma de flashbacks, donde se ve la unión de ambos y las ganas que tiene uno para ser como el otro. Ahí es donde se nos muestra que Vincent es un artista desde pequeño. Después de probar que el cuadro de la hogaza de pan llega a tocar el corazón de la gente del pueblo, cosa que no consigue el cuadro de un artista reconocido, la Academia comienza a pensar en liquidar a Théodorus porque hiere su buen nombre.
Es aquí cuando conocemos a Vincent, que es la antítesis de su hermano: a primera vista parece un vagabundo y siempre sonríe. Los de la Academia no se creen a Théodorus cuando este afirma que su hermano tiene un talento especial para la pintura. Y es así como el galerista y los artistas que suelen reunirse en Le Chat Noir deciden hacer una exposición independiente con obras suyas y de Vincent accesible para todo el mundo. Son pocas las galerías que acceden a dejarles un espacio para la exposición, ya que la Academia seguramente lo sabrá tarde o temprano y podrían pagar por ello: estarían arriesgando su trabajo. Por eso al final se quedan solos y no pueden exponer. Théodorus, que ya lo había previsto, lanza fotografías de las obras pintadas por el pueblo para que todos puedan admirar los cuadros.
Después de eso Vincent sigue su camino y se encuentra con varias personas. La primera es un vagabundo al que él decide hacerle un retrato, pero el vagabundo se enfada al creer que se está burlando de él y deja solo a Vincent. Más tarde se encuentra con un chico que está llorando la muerte de su hermano. Este le enseña la foto de su difunto hermano, y cuando sale del tanatorio ve un cuadro que le ha dejado Vincent: se trata de la foto de su hermano, pero en vez de estar con el rostro serio, como en la foto original, está sonriendo. Por último Vincent se encuentra con una mujer mayor. Está sentada mirando un paisaje que le trae recuerdos de su amor. Pero ella lo recuerda con los árboles florecidos y la hierba verde en plena primavera. Vincent le hace preguntas para saber con mucho detalle cómo es el paisaje que ella imagina. Así, él empieza una obra de arte con la que la mujer se emociona por tal semejanza con la realidad y llora. Finalmente se nos revela el deseo que siempre ha tenido Théodorus: ser pintor.
“El arte es el reflejo de la belleza. Los artistas plasmamos sobre el lienzo la hermosura de las cosas y las acercamos al corazón de la gente”.
Al inicio del segundo tomo vemos cómo la Academia se cansa del comportamiento de Théodorus y deciden secuestrar a Vincent para poner al galerista entre la espada y la pared. En las escenas que suceden en el interior de la iglesia, donde planean matar a Vincent, vemos el cambio de expresiones de este. Un personaje que a lo largo del manga ha estado sonriendo, alegre, de repente cambia y su rostro muestra rabia, enfado. Esto sorprende bastante al lector. [envira-gallery id="7555"] Pero Vincent sufre un cruel final. A raíz de esto, Théodorus decide reescribir la vida de su hermano para que su obra sea mundialmente conocida. Es así como le pide a un escritor que lo haga, y este, al ver los cuadros de Vincent, llora. No sabe por qué, pero llora. Y es que la magia de los cuadros de Vincent llega al corazón de las personas. Para dramatizar la vida de Vincent, Théodorus se inventa una nueva historia, que es la que nos ha llegado a nosotros, la historia original de Van Gogh. Después Théodorus desaparece del mapa. El manga acaba con el Japón de la actualidad, con gente en una galería admirando la obra de Van Gogh y, finalmente, con una escena que une a los hermanos. En cuanto a la parte artística del manga, los fondos están trabajados y es un dibujo muy realista y detallado. Las expresiones de las caras, sobretodo, están muy bien trabajadas, en todo momento puedes ver reflejado en los rostros de los personajes aquello que quieren expresar. No hace demasiado uso de las tramas. Hozumi tiene un estilo único, haciendo que parezca que ha usado muchos trazos para dibujar, especialmente en los personajes.
Nuestra opinión de Sayonara Sorcier
¿Qué pensáis del arte? ¿Es cosa de ricos? ¿O, como cree Théodorus, también la gente del pueblo debería poder disfrutar de él? De este manga me quedo con muchas cosas, pero sobretodo con la concepción que tiene cada clase social sobre el arte. La Academia de Bellas Artes defiende que solo las clases altas pueden entender los cuadros y su significado, pero las obras de Vincent convencen a las clases bajas de que eso no es así. Puede haber cuadros de todo tipo que todo el mundo puede entender y darle significado. Y esto es precisamente lo bonito del arte. Nunca había leído un manga que tratase tan bien el tema artístico. El conjunto de dibujo, personajes e historia me parece sensacional, está muy bien logrado. A todos aquellos que amáis el arte en cualquiera de sus formas: leed Sayonara, Sorcier
Conclusión sobre Sayonara Sorcier
Creo que este manga debería leerlo todo el mundo para ser conscientes de lo que es el arte y qué concepción tiene la gente de este. Con esta historia podemos hacernos una idea de la transformación que sufrió el arte a finales del siglo XIX en París y de cómo ha llegado hasta nosotros. Además se puede aplicar también en otras artes como la música o la literatura.
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