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NOTA: 7

Nona la Novena: opinión de la tercera parte de La Tumba Sellada

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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Imágen destacada - Nona la Novena: opinión de la tercera parte de La Tumba Sellada

Qué extraña experiencia ha sido leer a Nona. Y qué embriagadoramente somnolienta me siento después de esta lectura de 544 páginas. Al fin y al cabo, creo que no sería injusto afirmar que todos comenzamos Nona obsesionados por esclarecer los datos que nos dejó Harrow la Novena, recobrar cierto sentido de lucidez nigromántica y acompañar a la Reverenda Hija en su camino a la cordura. Y a cambio de estas pretensiones, Tamsyn Muir ha vuelto a gritar al mundo que esa es su obra, que ella es la que manda y que si quiere hacernos leer una historia de quinientas páginas contadas en las que una Harrow inocente y niña juega a las casitas con Palamedes, Camilla y Pyrrha, es capaz de hacerlo.

Y que nosotros seguiremos leyendo enganchados y obsesionados por obtener respuestas.

Sé que esta no es la forma más convencional de empezar una reseña, pero tendréis que perdonarme. Culpad a mi lóbulo frontal trepanado, a mi insomnio o algún miembro fantasma recubierto de oro. Porque este post ha sido redactado sin ninguna barrera ni artificio. Casi como si una Bestia de la Resurrección hubiese tomado mi alma y me hubiese invitado a vomitar mis más oscuros pensamientos sobre el techo de un camión acorazado.

Esto es lo que me ha transmitido Nona, la Novena. Que el Divino Emperador me perdone.

Argumento de Nona la Novena.

Nona solo tiene un puñado de meses de vida. O al menos, eso es lo que le han dicho. En ese tiempo ha tenido que aprender a comer y a beber con normalidad, si no también a bañarse, a contener sus berrinches y a traducirle todos sus sueños a una Camilla Hect implacable que cada mañana la interroga con una libreta y un boli.

Pero a Nona no le importa. Porque está muy contenta de estar viva. Le encanta ir a la escuela en ese planeta en plena guerra civil, donde Sangre del Edén se enfrenta con los ciudadanos a pie y ambos cazan y torturan públicamente a los nigromantes y caballeros del Séquito. Le encanta sacar a pasear a Fideo, el perro de la amable profesora que le enseña a ella y a otros niños cosas de ciencia. Y sobre todo, le encanta volver a casa donde Pyrrha hace chistes ridículos sobre culos y Camilla y Palamedes van intercambiándose en el interior del cuerpo de la caballera para interrogar a Nona.

Porque Nona les quiere muchísimo a todos ellos. Les quiere tanto que no entiende por qué todo el mundo espera que algún día confiese ser una persona que está claro que no es.

Pérdida de identidad y transcorporeidad.

Tamsyn Muir nos demuestra en Nona la Novena que lo suyo es el juego de expectativas de sus lectores. En su primera obra, Gideon la Novena, nos presenta un elenco de personajes absolutamente fascinantes que desarrolla con una increíble tensión dramática: Gideon, la caballera que fallece (pero no del todo porque está dentro de la cabeza de Harrow); la Reverenda Hija, capaz de alcanzar una lictoridad que la haría fascinante, y otro abanico de cabezas pensantes como Palamedes, Camilla, Crown e Ianthe de las que nos dará simples sorbitos para satisfacer nuestra curiosidad.

Como en un shonen japonés, sus novelas se llenan de monólogos interiores donde se establece el baremo del poder de un nigromante o caballero en función de lo que otros saben de él o de lo que se cuenta qué hizo en el pasado. Y claro, por supuesto, como lector, quieres verlo. Quieres ver una Harrowhak, que ya era casi imparable como humana, sumergida en el poder que le da la divinidad de una lictoridad perfecta. Quieres ver a Palamedes con su ingenio agudo o a Camilla en combates épicos. Es, esencialmente, lo que hace que avances con la lectura de la trama.

Y, sin embargo, la autora juega con nosotros. Tuvimos que leer un retellying en forma de fanfic en Harrow la Novena donde la Reverenda Hija no era ni mucho menos la nigromante que recordamos y donde continuamente revisitábamos escenas del pasado replanteadas y salpicadas por momentos de lucidez cotidiana en la que los lictores se sentaban a tomar el té y hablar en clave. Una vez que superas este obstáculo, una vez que Harrow recuerda y asistes a un épico combate en el río rodeado de almas muertas, crees que Tamsyn Muir no lo volverá a hacer. Crees que has superado el escollo más alto de la cuesta literaria de la Saga de la Tumba Sellada.

Y entonces, te introduce a Nona.

Pistas confusas: ¿quién es Nona? ¿Qué hace en el cuerpo de Harry?

Esa es la principal pregunta que cualquier lector tiene mientras se mete en una nueva versión alternativa de la vida de Harrowhark: ¿dónde está la borde, cínica y brillante sacerdotisa de la Tumba Sagrada a la que todos adoramos? ¿Qué hay de Nona que nos recuerde a ella? Y en esto caemos en el juego de la autora, que más que una trama argumentativa, parece que ha montado un fanfic de su propia historia y que busca confundirnos perpetuamente con el comportamiento de la niña.

Así, la autora, fiel a su estilo de potenciar el hype con la que lectores de todo el mundo acuden a Reddit una vez han terminado de leer su novela, siempre pistas de la misma forma que Pyrrha sembraría desconfianzas allá adónde va: hace que a Nona le repulse comer como a la propia Harrow (podemos verlo en la primera parte, cuando la Reverenda Hija se negaba a alimentarse, especialmente en presencia de otros nigromantes); al mismo tiempo, vemos en el comportamiento abierto de Nona y su presteza a declarar su amor por todo el mundo un reflejo de la Gideon abandonada en la Tumba Sellada.

A Nona le apasiona nadar, especialmente en agua salada, como ocurre con Harrow.

Pero cuando se enfada emplea las dos manos para coger cualquier cosa como arma arrojadiza como hubiera hecho Gideon.

Todo ello, sumado a los comentarios crípticos del propio Palamedes y Camilla hace que nos preguntemos… ¿es Nona una fusión de ambas?

"

El agua salada siempre la aliviaba: el agua salada la hací sentir como si de repente conociese las palabras para contarlo todo, pero solo en caso de que hubiese alguien allí con ella.

Transcorporeidad e identidad en Nona la Novela

Lo que sin embargo sí que hace Nona la Novena con un acierto supremo es normalizar las diferentes identidad de género (así como el uso del singular y plural) de una manera simplemente maravillosa.

Palamedes Sextus según Mia Miro
Camilla Hect según Mia Miro

Muir nos sumerge en un universo donde el envase corpóreo es solo eso: un recipiente. Lo que verdaderamente importa, lo que realmente define a un ser, es su esencia, su alma. Es en este contexto donde la autora nos presenta el intercambio de almas entre Palamedes y Camilla, una danza espiritual que, lejos de ser un mero recurso narrativo, se convierte en una poderosa representación de la fluidez de la identidad. La gente los trata de manera diferente dependiendo de quién ocupe el cuerpo en ese momento. Aunque ningún personaje se identifica explícitamente como trans, la experiencia de Pyrrha Dve y la dualidad Camilla/Palamedes nos ofrecen una visión conmovedora de lo que significa vivir en un cuerpo que no se siente propio. En especial, los momentos en que Pyrrha debe afeitarse constantemente, suplicando que Palamedes use su necromancia para la eliminación del vello y que se puede percibir, o al menos yo lo hago, como una representación de la lucha diaria que enfrentan aquellos cuya identidad no se alinea con su apariencia física.

Una novela hecha para saltar a Reddit, con mensajes crípticos, agujeros autoexplicativos y mucho más.

Si en Harrow la Novena Tamsyn Muir había generado una amalgama de preguntas que se sucedían la una tras otra, dejando al lector como poco descolocado al menos durante la primera mitad de la novela, Nona la Novena lleva hasta un punto de no retorno esta situación.

Para empezar, Tamsyn Muir ha decidido adoptar un enfoque diferente en cuanto a la estructuración de sus capítulos. Abandonando la tradicional división en partes, ahora introduce cada capítulo por un listado de titulares que destacan los puntos clave de cada capítulo tal y como hacía en su momento Terry Pratchett, autor de Mundodisco. Por el resto, recupera esta división de la trama en dos partes, trasladándonos del interior de un planeta en plena Guerra Civil al sueño de John Gaius, autoproclamado Dios de los mortales.

La narración de John Gaius, caótica y extrañamente contemporánea para lo que la Saga de la Tumba Sellada nos tenía acostumbrados, tiene un sabor a petróleo viejo y a hamburguesas pasadas y pisadas sobre el suelo. A través de una descripción honesta, extremadamente humana, John nos explica cómo llegó a alcanzar su poder y cómo precisamente el desastre natural climático fue el que provocó el fin del mundo tal y como lo conocemos. Su narración, salpicada de economía, política y cierta locura (que a mí personalmente me recordó un poco a la obra Cenital de Emilio Bueso), humaniza de nuevo a un Dios que habíamos visto obsesionado por comer galletitas y que intentaba que todos en su nave espacial se llevasen medianamente bien.

Por el resto, Muir nos hace aterrizar en una narración extrañamente infantil donde la vida de Nona se basa única y exclusivamente en ir al colegio, pasar el rato con sus amigos Honestidad y Salsa Picante, sacar a pasear a un adorable perro de seis patas llamado Fideo y volver a casa. En todo este tiempo, el lector promedio que no vaya en busca de pistas secretas o los dobles sentidos de las frases se encontrará inevitablemente algo perdido. ¿Qué ha pasado para que Pyrrha acabe colaborando con Sangre del Edén? ¿No tenían Sangre del Edén el cuerpo de Gideon? ¿Cómo ha acabado el cuerpo de Harrowhark en un piso jugando a las casitas con Camilla y Palamedes?

Tal y como nos tiene acostumbrada la autora desde la conclusión de Gideon la Novena, lo que nos espera no es nada más ni nada menos que la búsqueda por armarse de paciencia, avanzar a sorbitos con la novela y rezarle al Lord Imperecedero por obtener respuestas.

Nona por Naomistares 

Mi opinión sobre Nona la Novena

Sigo siendo una fervorosa hija de la Tumba Sellada. Sigo soñando con cerrar los ojos, transferir mi alma a otro cuerpo y poder descansar en paz. Y está claro que Nona la Novena es una novela atípica e interesante cuyo fascinante final hace que necesites más y que ya esté deseado que Alecto la Novena salga a la venta. Y sin embargo, he de ser honesta en una cosa: se me hizo increíblemente larga la primera parte.

Sabemos que Tamsyn Muir no economiza sus novelas. La primera parte de su saga tiene un comienzo glorioso para luego darnos pasos a un midbook algo descriptivo de más, donde cada pasillo y laboratorio de la Morada Canaan aparecían descritos al detalle. Después nos encontramos con Harrow la Novena, cuyo principio representaba un desafío para los amantes de la saga y cuya segunda mitad era una maravilla aderezada de sopas de huesos, intentos de asesinato y revelaciones brutales elevaba el hype.

Pero en este caso, podríamos practicar una incisión perfecta sobre más de la primera mitad de Nona la Novena, eliminar todas las descripciones de los paseos con perros, las clases, las dinámicas de grupo con Salsa Picante, Nacido en la Mañana, Kevin y Honestidad y la manía de Camilla por alimentar a Nona con gachas insípidas, y no percibiríamos ningún agujero en la trama. Es imposible no cogerle cariño al personaje de Nona, con forma tan manifiesta de mostrar afecto y su capacidad para unir una extraña familia conformada por muertos, caballeras y fantasmas, pero su relato no es imprescindible para la trama, no aporta nada a la revelación final y, honestamente, tampoco es que sea demasiado interesante.

Sin embargo, en las últimas 100 páginas de Nona la Novena, la narrativa da por fin un giro sorprendente. Muir, con la épica cinematográfica que la caracteriza, posiciona por fin a los personajes en el escenario y empieza a ofrecernos respuestas que habían sido esquivas durante gran parte, no solo de la novela, sino también de la saga.

Esta revelación no solo aporta algo de coherencia y sentido a lo que se ha leído, sino que también te despierta un deseo irrefrenable de revisitar cada página y reexaminar cada detalle con la nueva perspectiva para encontrar sentido a todo ello. No es de extrañar por eso que, al cerrar el libro, uno sienta la imperiosa necesidad de acudir a Reddit en busca de interpretaciones y respuestas de la comunidad. Es más, sospecho que precisamente esto es lo que Muir espera provocar en sus lectores: un debate apasionado y una revisión constante de su obra hasta que Alecto nos revele por fin qué esperaba con su final.

Aunque quizás tengamos que esperar para ello, aferrándonos a nuestros últimos coletazos de conciencia, preguntándonos qué será de la Novena Casa ahora que su oración ha quedado para siempre mancillada.

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