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NOTA: 6

El pozo de la ascensión, reseña de una obra cubierta en ceniza

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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Imágen destacada - El pozo de la ascensión, reseña de una obra cubierta en ceniza

El pozo de la ascensión es la segunda parte de la popular hexalogía de Brandon Sanderson conocida como Nacidos de la bruma (Mistborn en inglés). La obra continúa con los eventos que sucedieron al final de El imperio final, por lo que os recomendamos que no sigáis leyendo si no habéis completado la lectura de la anterior parte. 

Si os entusiasmaron las aventuras de Vin y el final de El imperio final os dejó con ganas de más, entonces sin duda tendrás ganas de echarle las manos a El pozo de la Ascensión, el apodado como “peor volumen” de la saga de Nacidos de la Bruma y una de las novelas de transición hasta el final del principal arco de la primera trilogía. 

Argumento de El pozo de la ascensión. 

Parecía que matar al Lord Legislador era lo único que debían hacer para mantener el reino en paz, pero lo que Vin, Elend y el resto de la banda no podían llegar a imaginarse era la cantidad de retos y problemas que llegarían a la hora de gobernar Luthadel.

Tras mil años de un gobierno estrictamente jerárquico, los skaa se revolverán con miedo cuando los nobles empiezan a organizarse para atacar la ciudad y autoproclamarse reyes.

?De esta forma, mientras el fantasma de Kelsier sobrevuela el imaginario colectivo de una población empobrecida y ávida de creencias y religiones, Elend tendrá que aprender a hacerse con el control de la Asamblea que él mismo ha creado basándose en los estudios de sus libros. 

Al mismo tiempo, Vin se verá superada por sus miedos y desconfianzas de siempre, patrullando la ciudad durante días seguidos gracias al poder del peltre para acabar con cualquiera que pueda amenazar la integridad de aquellos a los que aman. 

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Vin - de Menak

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Vin de Vargasni

Cuando el ejército de Lord Straff Venture se aproxima a las murallas de Luthadel y se encuentra con el de Lord Cett, el debate estalla en chispas dentro del órgano del gobierno. Elend no es suficientemente temerario y fuerte para ser considerado como rey en tiempos de crisis y los miembros de la Asamblea empiezan pronto a confabular por quién le entregará la ciudad a los invasores para sacar provecho de la situación. 

En un momento en el que la delicada democracia soñada por Elend se tambalea con los enemigos acampados a las puertas, Vin descubrirá que es posible que al matar al Lord Legislador haya liberado un poder malvado y cruel que se alimenta de la vida de la gente… y que se extiende peligrosamente en forma de brumas. 

Este análisis no tiene spoilers, puedes leerlo sin miedo hasta el aviso

El pozo de la ascensión es una obra de transición con un ritmo muy pausado. 

El pozo de la ascensión cuenta con una virtud realmente importante, y es el hecho de mostrarnos que los finales felices raramente permanecen de esta forma, y que los planes aparentemente perfectos también pueden fallar. De esta forma Brandon Sanderson nos introduce en el caos generado por la imposición de un nuevo tipo de gobierno igualitario que eleva a dos razas (los terrisanos y los skaa) al puesto de ciudadano, mientras que degrada a otros muchos al de iguales. Elend, inocente e idealista como pocos, esgrime los argumentos y la teocracia aprendida en sus libros en todas aquellas reuniones privadas que escuchamos con Vin en El imperio final, incapaz de ponerlas en práctica en la mayor parte de las ocasiones debido precisamente a la mezquindad del propio pueblo. 

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Luthadel - Diego Cabrera

De esta forma la novela plantea una incógnita y un planteamiento realmente interesante: ¿qué es lo que a un persona un buen líder? Elend, como rey en una monarquía parlamentaria, descuida continuamente aspectos de imagen realmente esenciales para ganarse el respeto de los nobles y del pueblo y sobrevalora el cariño o la gratitud que le deberá un pueblo al que ha liberado de la esclavitud, incapaz de comprender que estos se mueven como un rebaño más motivado por las emociones y las creencias religiosas que por razones lógicas y de peso. 

La novela va girando alrededor del arco principal de la evolución de Elend como personaje, verdadero protagonista de la novela. Primero se toma su tiempo para presentar sus ideales políticos y éticos para después, impelido por las circunstancias terribles que está viviendo, irle arrancándole los escrúpulos uno a uno y obligándole a perder ciertas ideas moralistas poco prácticas para el momento. Con la ayuda de Tindwyll, Elend aprenderá a ser autoritario, a imponer respeto, a dar órdenes y sobre todo, acabará viendo cómo todo su sistema de valores va perdiendo valor conforme el pueblo, los comerciantes y los nobles van poniéndole trabas a sus intentos por mantener la ciudad estable. 

Y es que Luthadel no está pasando precisamente por sus mejores momentos. Donde Sanderson brillaba en El imperio final para retratar una capital cubierta de ceniza, mugre y polvo donde el contexto ambiental brillaban con lucidez, en El pozo de la ascensión nos encontraremos con una paupérrima reconstrucción de un asedio. La ciudad, rodeada por dos ejércitos potentísimos en un cierre completo, no presenta en ningún momento manifestaciones de histeria colectiva, ataques y saqueos a las tiendas y comercios en busca de víveres, hambruna o enfermedades transmitidas por la falta de movimiento y agua corriente. Aunque citan de forma anecdótica en los diálogos el hambre del pueblo y se puede ver un episodio de agua contaminada, las consecuencias de tal encierro son puramente superficiales.  

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Lejos de quedarse solamente en este detalle, el libro, más introspectivo que el anterior, va mostrándonos cómo tanto villanos como aliados entran y salen de la ciudad sin dificultades, como si escapar de tal situación fuera algo a la altura no solo de brumosos, sino de cualquier skaa que tenga suficiente motivación para escapar del asedio. Esto no solo resta dramatismo y legitimidad al problema del asedio, sino que pone en baja perspectiva la preocupación de los gobernantes de que haya hambruna en la ciudad, ya que la propia existencia de estas rutas posibilita la entrada de alimentos.  

Vin no deja de desconfiar y sus dramas de adolescente se vuelven repetitivos 

El segundo gran arco de la novela son los problemas y dramas adolescentes de Vin. La joven, que en la primera novela se mostraba huidiza y temerosa de que la traicionasen (en parte por las lecciones heredadas de su hermano y por otra por la vida callejera que tuvo que vivir), teóricamente superó al final de El imperio final su problema de desconfianza intrínseca. 

Sin embargo, en El Pozo de la Ascensión, el autor se aferra todavía a este sentimiento para trabajar a Vin en su nuevo puesto como emperatriz. Ahora la joven se planteará continuamente si es la idónea para estar con Elend, si realmente merece estar a su lado y pasa por una crisis de identidad reforzado por el poder de la vestimenta.

A lo largo de la obra, especialmente en las dos primeras partes, la principal preocupación de Vin será no solo la de mantener a salvo a Elend de otros brumosos que puedan atacarle, sino descubrir realmente quién es ella y cuál es su lugar en el mundo. De esta forma, se niega la oportunidad de ser feliz y relajarse, creando fantasmas y problemas donde no los hay y sobre todo, generando una crisis romántica entre ella y Elend nacida de ninguna parte, que no se sostiene y que acaba girando alrededor de las frases de Zane, el nuevo archienemigo de Vin, y de su trastorno con la ropa.  

De alguna forma, Vin cree que al usar un vestido está traicionándose a ella misma o corrompiendo su identidad y, a pesar de haber sido una ferviente defensora de algunos nobles y haberse enfrentado a Kelsier en el pasado varias veces, El Pozo de la Ascensión genera este conflicto de identidad en Vin sin razón de peso. 

Personajes secundarios poco trascendentales o sin un objetivo en la obra 

Si algo hay que tener claro en las novelas de fantasía con un abanico realmente amplio de personajes, es que no necesitas mostrar el día a día de todos y cada uno de ellos cuando este es más aburrido que contemplar una pared en blanco durante horas. Este es el caso de Sazed, el bueno y fascinante ferruquímico que en esta obra se dedica a vagar de un pueblo a otro, lamentándose de su suerte, con su propio conflicto de identidad (debería estar formando al pueblo, pero este no quiere ser educado) y elucubrando sobre profecías. 

El imperio final empleaba el fascinante recurso de utilizar el diario del Lord Legislador como introducción a cada uno de los capítulos para que fueras hilando y uniendo las piezas en un clímax maravilloso al final, pero en El pozo de la ascensión este mismo recurso se emplea de forma regular. Primero, porque la profecía no es ni la mitad de interesante que los testimonios del libro anterior y, segundo, porque lo que se nos revela en la misma no es en absoluto importante o relevante para la trama.  

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Vin y Elend por Ari Ibarra

De esta forma, la última parte de Sazed en el libro es un continuo compendio de capítulos en los que el argumento no avanza y se le puede ver a él leyendo desesperadamente libros y artículos en busca de una verdad que podría haberse resumido en menos de páginas para agilizar la narración. 

Algo similar ocurre con otra de las patas cojas de Nacidos de la bruma, y esta son sus personajes secundarios. De toda la banda, solo Brisa cuenta con un pequeño arco de desarrollo del personaje o con sucesos de interés para él. El resto pasan sin pena ni gloria como elementos decorativos que cumplen la función de otorgarle coherencia a los personajes con los que interactuaría un rey (el jefe de cuentas, el de las murallas y ejércitos, el de mayordomos…) pero que carecen de tanta trascendencia, que su pérdida no le importaría a nadie.

Quemad peltre que vamos a hablar ahora con spoilers: 

Fascinantes personajes que vienen y se van 

Sin embargo, no todo es dramático en la obra: existen dos personajes realmente fascinantes y que temo que se hayan desaprovechado vilmente. Uno de ellos es Zane: el hijo bastardo de Lord Straff Venture. Zane, que al principio se muestra como un asesino muy dotado y poderoso, con una personalidad fascinante basada en la supremacía moral y física que le otorga ser un brumoso, con sus continuos juegos de “envenenamiento” hacia su padre o sus voces susurrantes, prometía ser un personaje maravilloso.  

No solo es complejo (se hiere para acallar las voces, es muy poderoso, busca ser salvado), sino que también es un soplo de aire fresco al Pozo de la Ascensión donde no existe ningún villano aparte de Straff Venture que sea completamente malo o inapelable hasta el punto de ejercer cierta compasión en la novela. Sin embargo, lejos de darle un arco maduro y bien trabajado, al final El Pozo de la Ascensión acaba convirtiéndolo en un ridículo trío amoroso tóxico en el que él acaba perdiendo la cabeza por el rechazo de Vin y muriendo lamentablemente sin haber aportado nada a la trama ni haber hecho avanzar en un solo punto el argumento. 

Las dudas románticas de Vin y Elend se crearon en este volumen de la nada solo para generar un conflicto que solucionar en la obra, y Zane es un elemento creado de forma artificial para darle más sabor a este mismo problema. Sin embargo, ni el conflicto se ha generado de forma lógica ni ha aportado Zane nada a la trama del pozo de la ascensión, convirtiéndose de esta forma en un personaje superfluo, mal empleado y muy mal explotado en todos los sentidos. 

Y es una pena, porque era fascinante. 

El otro elemento realmente interesante es el kandra. Los kandra sí que son criaturas trabajadas, con su propio lore y backstory creados, capaces de generar empatía con el personaje debido principalmente a la evolución como criatura de Ore Seur, que pasó de ser alguien que odiaba a Vin a un amigo capaz de arriesgar su vida por ella. De nuevo, es un personaje introducido de forma inteligente para que Vin aprenda a controlar a los koloss en la espectacular batalla final, pero su arco está bien construido: hay una evolución lógica del personaje y la forma con la que desaparece tiene cierta lógica. Al menos una lógica acorde a algo para lo que te han preparado antes: y es el hecho de que cuando un kandra pierde a su amo, tiene que desaparecer durante un tiempo.  

El final es para tragar hierro con fuerza 

El final de El Pozo de la Ascensión está cargado de incoherencias hechas para alargar la novela: desde el momento en el que Elend y Vin deciden abandonar una ciudad que Elend juró proteger con su propia vida dos capítulos antes solo con el fin de que la llegada de Vin en pleno combate fuese más apoteósica; hasta el miedo del propio autor de acabar con Elend al final de la novela recurriendo a elementos “mágicos” para convertirlo en un Nacido de la Bruma y poder crear de esta forma un equilibro de poder demasiado complaciente entre los dos protagonistas.

Entonces ¿es El Pozo de la Ascensión el libro más flojo de Nacidos de la Bruma

Definitivamente, a estas alturas, he de decir que sí. El Pozo de la Ascensión introduce muchos conflictos y problemas en la trama que no encajan en la personalidad de los personajes o que no están bien asentados y por si fuera poco, la forma de resolverlos, en la mitad de los casos, es rudimentaria y demasiado superficial. 

La obra rebaja enormemente el nivel de madurez de El imperio final para acabar presentando un trío romántico adolescente y reduciendo a la espectacular protagonista muchas veces al papel de una niña confundida por el significado de llevar faldas. 

Pero, las batallas siguen siendo espectaculares y, para qué nos vamos a engañar, el sistema de magia de Sanderson sigue siendo de lo mejorcito que hay en el género. Así que… sí, es posible que El Pozo de la Ascensión haya resultado superficial y repetitivo, pero sin duda leeré El héroe de las eras. 

3 comentarios en este post

G
German29 Agosto 2022Responde
No he podido con él. Cada tanto lo retomo solo porque quiero leer El Héroe de las Eras. Coincido en que algunos temas planteados se ven interesantes en un principio, pero las tramas dan tantas vueltas y los conflictos terminan siendo tan vacuos que se me hace demasiado cuesta arriba. En comparación con el Imperio Final el libro es muy aburrido, en mi opinión. Que el Lord Legislador me de fuerzas para terminarlo.

G
Gabriel13 Julio 2022Responde
Me gustó el libro, pero tiene sus falencias y las has nombrado todas. Entiendo q en este momento Sanderson también está creciendo como escritor. En fin 7/10. Si fuera un libro solo, no creo q lo recomendaría de manera eufórica como recomendé El imperio Final, pero siendo parte de una trilogía (Era 1) y como ya se empezó y falta el desenlace, vamos a ver como va el siguiente libro!

D
Dipaperina 03 Mayo 2022Responde
Gracias por la sinceridad. Ayer lo terminé y me dejó las mismas sensaciones. Cuando acabo una lectura me gusta buscar reseñas para ver si mi experiencia lectora coincide con los demás pero he visto que a todo el mundo le ha encantado este libro... No digo que no me haya gustado, pero se podría haber contado lo mismo en la mitad de páginas (y más teniendo en cuenta que todo lo que pasa no afecta al final del libro mismo). El camino hasta el final ha sido tan largo que el propio final me ha decepcionado y que todo se resuma a que las notas de Sazed no eran correctas no me acabó de convencer. La explicación de "es que el malo malísimo tiene el poder de alterar las leyendas y los escritos" me pareció muy pobre. Me he sentido un poco engañada, la verdad. Referente a los personajes, me molestó especialmente que Zane estuviera tan mal utilizado. ¡Hubiera dado muchísimo juego, se podría haber convertido en un antagonista muy poderoso! Incluso Straff tuvo un final más digno... Y no acabo de entender el propósito de Allrianne en este libro. Me he pasado la novela entera esperando que hiciera algo que justificara la introducción de este personaje y, la verdad, es que aún no veo por qué aparece en el libro porqué no ha aportado apenas nada. El dilema de Vin con los vestidos lo he encontrado muy fuera del personaje y un cliché femenino tonto y desfasado de "no quiero llevar cosas de chicas porqué soy dura" que solo sirve para llenar páginas porqué no tienen resolución ni nada por el estilo. Me he pasado buena parte del libro pensando que la escena final serian Elend y Vin bailando (porqué se dice varias veces y justificaria el rollo de los vestidos) pero al final me he quedado sin final bonito. Tampoco me ha gustado el final para Elend. Durante toda la novela lo vemos a la sombra de Kelsier, preguntándose si es demasiado inocente, demasiado idealista para ser rey. Lo vemos frustrado por ser poco poderoso, comparándose con el alomántico Superviviente y, lo que más me gustó de su evolución, es que Elend encuentra su fuerza. Sabe que ha sido demasiado blando y al final supera su complejo de inferioridad con Kelsier. Y es precioso porqué lo hace desde la madurez, aprendiendo de sus errores y sin ninguna clase de poderes y logra (en mi opinión) y sin alomancia superar a Kelsier en humanidad y en ideales. El Elend sin poderes que se esfuerza me encantaba y al final sirve para que... se haga alomántico. Desde mi punto de vista se carga de un manotazo la preciosa evolución del personaje. Gracias por ser sincera y no poner este libro en un pedestal como las otras reseñas que he leído. En la comunidad de internet parece que está prohibidísimo decir que no te ha convencido una pequeña parte de algo que salga de la pluma de este autor y, la verdad, es que El Pozo de la Ascensión me ha decepcionado muchísimo.

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