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Background image for entry Entrevista a Mario Villén —«Los personajes de la Ilíada tienen mucha fuerza, pero no siempre han sido respetados por la ficción posterior.»

Entrevista a Mario Villén —«Los personajes de la Ilíada tienen mucha fuerza, pero no siempre han sido respetados por la ficción posterior.»

¿Qué pasiones y emociones esconde el eterno y siempre consultado texto de La Ilíada? ¿Cómo sería volver a sumergirse en las aguas tormentosas de la Guerra de Troya y tomar de la mano a Helena, a Paris, a Aquiles y a Patroclo? Mario Villén, el autor detrás de Nazarí, ha realizado este complicado ejercicio y acaba de publicar *Ilión*, un retellying de la Ilíada que le da respuesta a estas preguntas.

Hoy, en Momoko, compartimos contigo algunas anécdotas fascinantes sobre el proceso de escritura, la perspectiva que el autor ha tomado a la hora de construir a los personajes y sus pensamientos más honestos sobre el proceso de escritura.

Sobre el proceso de escritura y la perspectiva de la obra de Mario Villén

¿Qué significa Ilión para ti? ¿Puedes hablarnos un poco sobre tu libro? 

Para mí Ilión ha sido un salto al vacío, una salida de mi zona de confort, que es al-Andalus. Ha sido un reto a muchos niveles porque he intentado tratar de forma diferente una obra tan clásica como la Ilíada. Creo que un escritor nunca debe estancarse, debe seguir aprendiendo a lo largo de toda su carrera, y estos retos son fundamentales para conseguirlo. Con Ilión he aprendido mucho.

¿Cómo surgió la idea de reescribir Ilión? ¿En algún momento te sentiste abrumado por la idea de tener que hacerle frente a una obra tan icónica?  

La idea me rondaba desde hacía muchos años. Es una historia muy potente, con personajes magistrales que viven multitud de dramas personales. Desde el instante en que me lancé a escribir este libro fui consciente de que me sentiría así, abrumado, a lo largo de todo el proceso. Sobre todo me imponía el hecho de saber que en la mente del lector ya vive una Ilíada, un Héctor, un Aquiles… Hay un punto de partida muy fuerte con el que tenía que aprender a convivir, respetándolo en la medida de lo posible, pero también aportándole algo nuevo. En este trabajo he tenido que encontrar ese equilibrio entre lo que se conoce y mi punto de vista personal.

¿Puedes contarnos cómo fue el proceso de presentación de esta idea a Edhasa? ¿Les entusiasmó desde el primer momento?   

Cuando terminó el proceso de edición de Nazarí hablé con mi editora para plantearle un nuevo trabajo en el que me apetecía embarcarme. Esa primera idea no le gustó. Como segunda opción le ofrecí Ilión y le encantó desde el principio. Me animó a ponerme con ella. Ahora me alegra que rechazara mi primera idea. Necesitaba escribir Ilión para madurar ciertas ideas.

¿Cuáles fueron tus fuentes para escribir  Ilión  ? ¿Te basaste únicamente en textos clásicos o consultaste alguna obra de ensayo que hable del contexto histórico del conflicto?   

Para construir el guion argumental recurrí a los textos clásicos. Siempre hablo de la Ilíada, pero en realidad Ilión es mucho más que la Ilíada. Ésta termina con los funerales de Héctor; Ilión llega hasta el saqueo de Troya. Así que también acudí a los demás textos de la épica arcaica, el ciclo troyano, que narra la historia anterior y posterior a lo que se cuenta en la Ilíada. Sin embargo, no podía quedarme ahí si quería escribir una novela histórica. Recurrí a decenas de libros y artículos sobre la época para estudiar la propia ciudad, el contexto, las costumbres de ambos bandos, técnicas bélicas, armamento y ese sinfín de detalles tan necesarios para ambientar bien una novela histórica. Entre ellos, podría destacar La guerra de Troya, de Barry Strauss.

¿Tienes planes de realizar nuevas adaptaciones o reescrituras de obras clásicas? ¿Puedes hablarnos de tu futuro proyecto?   

Por el momento no vuelvo al mundo clásico. Ahora mismo estoy trabajando en una obra ambientada en al-Andalus. A veces es necesario salir de la zona de confort, pero otras lo que realmente te apetece es quedarte en ella. Eso sí, siempre con el bagaje de lo aprendido en esas incursiones.

¿Cómo abordaste la complejidad de los personajes de la Ilíada y su evolución en tu versión de la historia?  

Los personajes de la Ilíada tienen mucha fuerza, pero no siempre han sido respetados por la ficción posterior. Recomiendo leer la Ilíada con la mirada limpia de esas ficciones, y también la obra de Caroline Alexander: La guerra que mató a Aquiles, que ayuda bastante a descubrir los matices que Homero ofrece sobre esos grandísimos personajes. Aquiles suele ser el menos respetado respecto a como aparece en la obra clásica. Homero nos ofrece un hombre orgulloso, pendenciero, irascible, un ególatra que desprecia a los demás, incluso a su amado compañero Patroclo, para el que encarga una tumba modesta que después deberá ser ampliada para albergarlo a él. Ese desprecio no deja de verse en la Ilíada. A Briseida, a la que ama, la deja como esclava en manos de Agamenón cuando tiene la oportunidad de recuperarla, y lo hace sólo por una cuestión de orgullo y honor. Tampoco es un hombre que se mueva por la búsqueda de gloria, aunque normalmente nos lo pinten así. Agamenón restituye su honor, pero él decide seguir apartado de la lucha. Lo único que le anima a volver a pelear es una cuestión visceral y personal: vengar a su amado compañero. Cito a éste, pero lo mismo se podría hacer con otros como Paris, Helena, Odiseo… El imaginario colectivo ha limado el texto original y, en muchos casos, ha cambiado completamente su sentido.

En Ilion Agamenón y Príamo, rey de Troya, explican que en realidad el conflicto bélico tiene una raíz basada en intereses económicos más que el agravio de un esposo insultado. ¿Cómo has abordado la cuestión de la justificación de la guerra en tu obra?  

He optado por dos versiones, totalmente compatibles. La del honor de un pueblo herido en su orgullo, cuyos principales reyes estaban atados por un juramento, que es la versión oficial de los textos clásicos, y la económica, que es hacia la que apuntan las investigaciones históricas: el control del Helesponto, a través del cual se comerciaba con los metales del mar Negro. El pueblo que no tenía acceso a esos metales estaba condenado a perder en el juego de la estrategia. Los aqueos habían perdido dos vías de acceso al cobre (Mileto y el comercio náutico con las minas del Mediterráneo oriental), y sólo les quedaba comerciar con Troya como intermediaria, que, conocedora de esto, pedía unas cuotas desorbitadas. Los textos clásicos también dan algún apunte en este sentido. Paris viaja a Esparta con Menelao cuando éste regresa de la corte de Príamo, en la que ha intentado negociar una rebaja en estas cuotas. Ahí claramente se nos dice que es algo que preocupa lo suficiente como para que un rey viaje a Troya para negociar en persona.

Sobre el proceso de escritura y la perspectiva de la obra de Mario Villén

Ilion no acaba en el mismo punto que en La Ilíada sino que has decidido ampliar un poco más la trama para narrar la caída de Troya tras el famoso engaño de Ulises con el caballo. ¿Por qué decidiste llevar la historia hasta ese punto? ¿Era importante para ti cerrar el final?   

La muerte de Héctor representa el punto de partida de una serie de hechos vitales para comprender esta historia en toda su dimensión. No concebía construir estos personajes y luego dejar la historia de la guerra de Troya inconclusa. A través de todo lo que viene después los personajes se definen de forma completa. Los antiguos aedas y escritores debieron pensar lo mismo al componer poemas como la Etiópida o el Saco de Troya. Ahora sabemos que los versos de la Ilíada se compusieron en torno al siglo XII a.C., en la época de la guerra, y que se transmitieron de forma oral, manteniéndose vivos de esta forma durante cuatro siglos. Es perfectamente aceptable pensar que a lo largo de esos cuatro siglos se pudiera haber perdido buena parte del poema, que es lo que otros autores intentaron suplir. Lo cierto es que la Ilíada termina de forma brusca y deja muchas cuestiones en el aire. En Ilión no quería dejar tantas preguntas sin responder.

La presencia de Neoptólemo, el hijo de Aquiles con Deidamia, hija del rey Licomedes, es uno de los puntos más interesantes de la obra. En La Eneida de Virgilio, se menciona a Neoptólemo, el hijo de Aquiles como un joven guerrero valiente que lucha junto a su padre en la guerra de Troya. También aparece en la Odisea de Homero, donde se menciona que ayudó a los griegos a conquistar la ciudad de Troya después de la muerte de Aquiles.¿De dónde nace tu interpretación de este niño que tanto teme la muerte y el combate?   

Si nos ceñimos a los datos de las obras clásicas (Ilíada y ciclo Troyano), Neoptólemo no podía tener más de diez años. Aquiles lo concibe mientras está en Esciro para escapar del reclutamiento del ejército aqueo. La guerra dura diez años, así que no cabe discusión... Yo también imagino que ayuda a la conquista, pero desde el punto de vista moral, al ser usado como símbolo: la sangre de Aquiles, que sigue viva tras su muerte. La visión de Neoptólemo que ofrezco es la que me sugiere la historia. Es hijo de una cortesana del rey de Esciro y se cría sin su padre, alejado de las guerras. Por eso lo imagino como un niño delicado y mimado. Pero es una visión personal. Virgilio no puede ser tomado como fuente en este caso. Pasan siglos entre las obras clásicas y la suya, y su Eneída es una obra por encargo con una finalidad impuesta: dar a Roma un origen mítico. Nada tiene que ver con la épica arcaica.

¿Puedes hablar sobre tu elección de incluir un romance entre Briseida y Aquiles en tu retellying de La Iliada, especialmente considerando que en la historia original la relación entre ellos está basada en la de Aquiles como captor y Briseida como su posesión?   

Ya he explicado cómo se construye a Aquiles en la Ilíada. Sus sentimientos amorosos no debía mostrarlos abiertamente, e incluso se rebelaría contra ellos. Este hecho, su carácter, es el que hace sospechar que entre él y Patroclo había una relación sentimental. De la misma manera que se puede imaginar esa relación, que en ningún momento se afirma en la Ilíada, podemos imaginar una relación amorosa con Briseida. Si fuera sólo una posesión, el creador de la Ilíada no se esmeraría en caracterizarla. Aquiles entra en cólera, tal vez, porque hay algo más. No es “una esclava” lo que le quitan en el texto original, es Briseida.

 ¿Cómo te sentiste al tener que tomar decisiones sobre el destino de personajes cuyo final no queda claro en la obra original de Homero?  

Traté de actuar siempre con coherencia, en primer lugar. He intentado ser coherente con los rasgos que Homero define. Además, he recurrido a los otros textos clásicos, entre los que también tenemos una obra de Homero: la Odisea. En ella se nos ofrecen muchos datos sobre la historia posterior y los personajes. Por ejemplo, sobre Aquiles y ese aspecto que he mencionado respecto a la búsqueda de gloria, la Odisea ofrece un pasaje magistral en el que, en el Inframundo, se lamenta de su destino y afirma que habría preferido mil veces ser el siervo de un hombre pobre con una larga vida que un hombre con poder y gloria que muere joven.

  Una de las escenas más potentes del inicio es cuando Andrómaca le grita a Elena que ella no vale todo el sufrimiento las vidas que se han derramados. ¿Cómo viste a Andrómaca y Elena en tu obra y cómo se relacionan con los personajes originales de Homero?   

En Ilión he exaltado rasgos que se perfilan en la Ilíada. Andrómaca odia a Helena, la desprecia, la considera una foránea advenediza, y es partidaria de devolverla a los aqueos. Helena busca su lugar en Troya, intenta buscar apoyo, y lo encuentra sobre todo en Príamo, aunque se afirma que otros muchos son partidarios de su entrega. Se lamenta en varias ocasiones de su destino y se siente engañada por Paris, al que desprecia profundamente, llegando a compararlo con Menelao. Este aspecto es otro de los muchos que se obvian o tergiversan en las ficciones contemporáneas. Es conocida la escena de la vieja cardadora que anima a Helena a acudir junto a Paris cuando éste huye de su duelo con Menelao. Helena le dice que vaya ella y se quede con él, que ella lo aborrece por cobarde. Esos rasgos son los que he acentuado en Ilión, siempre partiendo de una base que ofrece claramente el texto clásico.

En La Iliada, Homero no menciona ninguna infidelidad por parte de Helena. Según la narrativa de Homero, Paris, el príncipe de Troya, raptó a Helena, esposa del rey de Esparta, causando que los griegos liderados por Agamenón, llevaran a cabo una guerra contra Troya para recuperarla. ¿Cómo surgió la idea de la liberación sexual por parte de Helena y su infidelidad hacia Menelao primero y luego hacia Paris? ¿Cómo justificas esta decisión en tu narrativa y cómo se relaciona con tu interpretación de la historia?

La palabra “rapto” hace referencia a una realidad social que no acabamos de entender (me sale el sociólogo). Normalmente el rapto es fruto de un acuerdo y es consentido (ojo, no siempre, pero casi siempre). Es una manera de unir a dos personas cuando las normas sociales lo impiden. Hoy día se sigue practicando en determinadas etnias. Conozco casos concretos del pueblo gitano. Por ejemplo, una gitana que se enamora de alguien de una familia rival, o de un payo. En estos casos, los novios se van juntos, hacen el amor, y ya no queda más remedio para las dos partes enfrentadas que aceptar su unión y dejarlos en paz. Se dice comúnmente que se la “ha llevado”, una versión moderna de ese rapto que se practica desde la edad Antigua. Para mí, el rapto de Helena es así, una decisión común. Y la mejor prueba son los tesoros de Esparta. Paris podría raptar a una reina contra su voluntad (aunque también es dudoso), pero jamás podría robar los tesoros de un reino en su capital, custodiados por cientos de guerreros. Helena, para mí, no sólo consintió, sino que animó y colaboró. Por tanto, esta primera infidelidad es voluntaria. Las otras, las imagino partiendo de este hecho: Helena es una mujer que se siente lo suficientemente libre como para traicionar a su esposo con otro hombre y llevarse consigo los tesoros de su reino. Creo que otras infidelidades encajan bastante bien en esta personalidad. Por otra parte, la Ilíada, como he dicho antes, nos dice sin ambages que Helena aborrece ya a Paris, que no quiere estar con él.

Hay muchos personajes muy famosos a lo largo de la obra que conoce el gran público como Aquiles, Héctor, Agamenón, Helena, Paris o Ulises; y después otros menos extendidos como Diomedes, Deifobo o Antenor. De estos últimos ¿hay alguno que te haya llamado especialmente la atención? ¿Y por qué?  

Entre los secundarios, el que más me ha llamado la atención es Fénix, el viejo tutor de Aquiles que ejerce para él como padre. Enseguida vi el potencial que ofrecía un personaje así para aportar matices y datos pasados sobre Aquiles. Le doy un protagonismo que no tiene en la Ilíada. Algo parecido me pasa con Polidamante, en este caso referido a Héctor.

Por último, para no extendernos demasiado. ¿Conocías Momoko de antes? ¿Qué te parece nuestro blog?

Sí que os conocía, sois bastante conocidos en el mundillo literario, y os destacáis por la calidad de las reseñas. ¡Os animo a seguir así siempre! Por la parte que me toca: un millón de gracias.

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